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Natalia de Miguel, una medalla que guía el camino

  • El bronce conquistado por la malagueña en la Copa del Mundo de Belgrado, un gran impulso moral: "Después de quedarme fuera de los Juegos no encontraba la motivación ni a mí misma"

Natalia de Miguel, durante la Copa del Mundo de Belgrado.

Natalia de Miguel, durante la Copa del Mundo de Belgrado.

Natalia de Miguel (Málaga, 1995) consiguió el pasado fin de semana una medalla de bronce en la Copa del Mundo de Belgrado. No estaba toda la élite del skiff ligero, pero sí una representación bastante importante, como una subcampeona del mundo o una campeona de Europa. La presea es un estímulo tras una época complicada para la remera del Real Club Mediterráneo, que vive, estudia y se prepara en el CAR de La Cartuja, en Sevilla. Después de no conseguir el billete para Tokio, es un buena motivación para iniciar el ciclo a París.

"Ha sido un subidón. En la final yo iba concentrada en pillar a la segunda remera, pero la cuarta iba subiendo, la tenía super cerca, empecé a subir y a ponerme algo nerviosa, pero logré subir al podio por dos centésimas. Después de una temporada super dura, nos quedamos fuera de los Juegos, no terminaba de encontrar una motivación, ni a mí misma. Me ha venido súper bien para disfrutar de la competición. La medalla es el premio al esfuerzo, había remeras de mucho nivel. La que ganó es subcampeona del mundo, la segunda es campeona de Europa... Me ha demostrado que puedo competir con las buenas", relata Natalia de Miguel desde Sevilla, después de una dura jornada de entrenamientos. No hay tregua ni lugar para el receso en un deporte muy exigente.

De Miguel consiguió la medalla en skiff ligero, disciplina que no es olímpica. En el anterior ciclo compartió el doble scull ligero con la sevillana Rocío Laó. "Tras una serie de test realizados por los entrenadores este año, decidieron que ella iría en el doble scull con otra compañera y que yo lo haría en individual. No sé lo que pasará a partir de ahora, evalúan y deciden", explica la malagueña: "Me gusta más el bote en equipo, aunque también me gusta tener mi momento, soy muy perfeccionista y entrenar yo sola también está bien, pero disfrutar un logro es más divertido en equipo. El skiff ligero no es olímpico, aunque tiene casi el mismo nivel competitivo. Y mi objetivo es ser olímpica. No me importaría hacer el resto de la temporada en skiff, me estoy conociendo mucho y viendo dónde puedo mejorar. A veces en bote compartido no te das cuenta de lo que fallas. Ahora me conozco mucho mejor".

"Entrenamos dos veces por la mañana y una vez por la tarde. Hacemos remo o ergómetro, pesas, bicicleta, que es bueno para el cardio necesitamos. Es un deporte cíclico, como remar. Rematar al final exige una concentración muy fuerte y en la bicicleta puedes trabajar también sin tanta exigencia", explica sobre su rutina de trabajo De Miguel, que alterna con el estudio: "Estoy rematando el trabajo de fin de grado, que presento en breve, de Ciencias de la Actividad Física y el Deporte. El año pasado me centré en el remo y dejé los estudios y me di cuenta de que no me fue bien, rindo más cuando hago varias cosas a la vez y tengo la cabeza más ocupada. Me motiva el estudio y ahora quiero seguir mejorando el inglés y preparándome más para después del remo".

El Campeonato de España con el club, la siguiente Copa del Mundo, el Europeo en agosto y los Mundiales en septiembre conforman la hoja de ruta competitiva de Natalia de Miguel, antes de competir en remo de mar, especialidad en la que el año pasado consiguió medallas mundiales representando al Mediterráneo y a España. Se perfila como una especialidad olímpica en Los Angeles'28. De hecho, ya hubo rumores sobre la supresión de la categoría ligera en París'24 que no se concretaron, pero habrá una reestructuración en el programa para la cita americana de cuatro años después. "Para el remo olímpico necesitas tantas horas de entrenamiento que el físico para el remo de mar ya lo llevas trabajado. La diferencia es el tipo de la embarcación, las de mar son más pesadas. Es una sensación difícil de explicar lo que cambia, en cómo te propulsas en el agua, cómo coges la ola. Me costó en su momento, pero después te adaptas. El año pasado conseguimos medalla en el doble scull mixto con mi pareja y también en el cuatro de chicas. En dos meses trabajamos y ganamos a gente superior. Este año quiero hacerlo de nuevo", comenta la malagueña, al que la medalla de bronce en la Copa del Mundo de Belgrado le ha dado un gran impulso moral para seguir mejorando.

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