Tiene tan sólo 22 años y hoy juega su primer partido con el Knack Roeselare belga ante el Cucine Lube Civitanova en la Copa CEV, la Champions del voleibol. El sampedreño Ángel Trinidad ha dejado de ser una esperanza dentro del voleibol nacional para convertirse en una auténtica realidad. Sin ir más lejos, el año pasado fue elegido el jugador más valorado de la fase de regular de la Bundesliga militando en el TV Ingersoll Buhl. Este colocador, además de internacional absoluto, es un auténtico trotamundos -ha jugado también en Italia- y está llamado a ser uno de los protagonistas de la resurrección de la selección española.

Trinidad pasó su infancia jugando al baloncesto. Incluso perteneció a las categorías inferiores del Unicaja, pero un día probó a jugar al voleibol junto a su hermano y decidió cambiar definitivamente de balón. A los 16 años cogió por primera vez las maletas y se marchó a la Concentración Permanente, fábrica de jóvenes talentos del voleibol.

Meses antes, Trinidad fue convocado por primera vez con las categorías inferiores de la selección. Siempre fue un escalón por encima del resto y él, a pesar de las dificultades que entraña pasar tantos meses fuera de tu propia casa, tomó el toro por los cuernos y se convirtió en uno de los jugadores con más proyección a nivel europeo. Cambió Marbella por el Callipo Vivo Vivo italiano, desde donde dio el salto al TV Ingersoll. Entre tanto, Trinidad participó con la selección absoluta en la Liga Europea de 2013 y 2014, además de la Liga Mundial de los mismos años.

Ahora, adaptado al país flamenco como se puede comprobar en las redes sociales, afronta en Italia un nuevo paso más en su carrera deportiva. Civitanova, Liberec y Belchatow son los rivales de los belgas en una primera fase formada por siete grupos de cuatro equipos cada uno. Trinidad, como siempre, está preparado.