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El club está pendiente de la situación de Cabezas

  • Su posible llegada al Caja Laboral debe tener el visto bueno del Unicaja, con sus derechos en España

El presente de Carlos Cabezas está en Moscú, allí realiza el principio de la pretemporada a las órdenes de Andrija Gavrilovic, ayudante de Sergio Scariolo en el Khimki. Pero su futuro está lejos de la capital rusa. El seleccionador nacional español no cuenta con él para su club y el agente de Cabezas negocia con el club ruso la rescisión de su contrato. Debería percibir esta temporada 975.000 euros limpios, cifras a las que pocos equipos en Europa pueden llegar, sobre todo tras el último tramo de temporada de Cabezas, que ha devaluado algo su caché.

Se habla con insistencia de la posibilidad de que el base malagueño acabe en el Caja Laboral, que busca con ahínco un jugador nacional de calidad que complete las cuatro plazas de seleccionables. Pau Ribas, Brad Oleson y Fernando San Emeterio son los otros tres. La negativa a pagar un traspaso al Real Madrid por Pablo Aguilar, pretendido en el Buesa Arena, hace que se abran otras vías.

En este escenario, el Unicaja tiene voz y voto. Cuando Cabezas se marchó al Khimki, el equipo malagueño había presentado una oferta cualificada a la ACB para hacerse con sus servicios. Este detalle le confiere los derechos en la máxima competición española del base. En principio, la plantilla y el prespuesto del Unicaja para esta temporada está cerrado, pero la entidad cajista tiene la potestad de igualar cualquier oferta que presente cualquier club de la ACB para hacerse con los servicios del todavía jugador del Khimki. Aunque, claro, siempre hay tretas como la utilizada precisamente el año pasado en el caso de Walter Herrmann por el club vitoriano para evitar el tanteo. En interés de equipos italianos, como el Lottomatica Roma o el Armani Jeans Milano, no repercutiría el detalle del tanteo, sólo valido para España.

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