Alejandro Davidovich vuelve a la competición tras unos días para resetear después de la mejor semana de su carrera. Templó tras acaparar los focos mundiales en Montecarlo y ahora inicia su camino en Estoril, territorio fetiche. El malagueño entra directamente en los octavos de final, donde se medirá a Bernabé Zapata. El valenciano, 123 del mundo, llega pleno de confianza. Superó, sin perder un set, la fase previa y en primera ronda se impuso al argentino Federico Coria (6-4, 6-3). Una victoria frente al rinconero le podría abrir un hueco entre los 100 mejores, lo que es un estímulo importante. Ambos aún no se midieron en el polvo de arcilla. 

Es un partido importante para el pupilo de Jorge Aguirre, al que su final en tierras galas le subió el listón. Ya está en el top 30, con todo lo que ello conlleva. Le costó digerir anteriores éxitos y ahora tiene una prueba mental para ver cómo se recupera después del bombazo de eliminar a Novak Djokovic y quedar subcampeón de un Masters 1000. La ciudad lusa, que alberga el Millennium Estoril Open, es territorio fetiche para Davidovich. Ya llegó a dos semifinales en el torneo portugués y allí realizó uno de los mejores partidos de su carrera frente a Gael Monfils. Ahora llega con más caché, que tendrá que defender en la tierra batida.