Una de las virtudes de Juanito es que siempre habla claro. Lo hizo también para explicar por qué se tuvo que retirar lesionado del partido contra el Valencia. "Me lesioné por gilipollas", dijo al término del encuentro en los micrófonos de la Ser.

Resulta que su sentada en el césped llevándose la manos a los adductores y lamentando un mal gesto se pudo haber evitado. Al menos, según contó él mismo. "Noté molestias al descanso. Tenía la zona un poco cargada, pero no fui nada listo y seguí jugando", lamentó a posteriori el centrocampista blanquiazul.

Hoy será sometido en Clínicas Rincón a diversas pruebas que certificarán el tiempo que tendrá que permanecer de baja. "Hay que esperar esas 48 horas de siempre para ver cómo evoluciona. A ver si hay suerte y en lugar de una rotura de fibras puede ser una contractura. Si es una rotura, tendré que trabajar para recuperarme lo antes posible", dijo sin mucha fe el blanquiazul, puesto que la cojera con la que se retiró del terreno de juego daba a entender que las fibras habían quedado bastante dañadas. El diagnóstico hablará de tres o cuatro semanas sin poder jugar.

Por tanto, ya hay una ausencia más que confirmada para el encuentro del próximo sábado en el Heliodoro Rodríguez López. Sí puede servir algo de consuelo para Juanito el hecho de que la semana siguiente haya parón por el amistoso España-Argentina, ya que se perderá una jornada liguera menos.

Las lesiones musculares se están convirtiendo en un preocupante compañero de viaje en esta temporada, puesto que desde principios de la pretemporada los jugadores blanquiazules están cayendo con continuidad.