Hasta el límite (98-93)
Acb
El Unicaja domina 30 minutos, le exige al máximo al Madrid y fuerza una prórroga, pero no remata una magnífica faena Frustrante final, pero constatación de que se puede competir.
El aplauso por delante para un soberbio Unicaja. Por contexto, instancia de la competición y rival, seguramente el mejor partido verde del último lustro. Paladear la tensión de estos duelos a cuchillo ante la superélite de Europa después de un trienio de abstinencia sabe a gloria. Que el Unicaja había vuelto no era una pose, se vio poderoso, con fuerzas, para guerrear ante un equipo que sólo había perdido un partido de 33 en su pista. Pero el primer punto de la serie se quedó en Madrid (98-93) tras una prórroga en la que faltó una pizca de ideas y de piernas para rematar. Queda mal cuerpo porque la sensación es que el partido era éste, ayer. La manera de hacer larga la serie era vencer aunque se constatara que el Unicaja está habilitado para mirarle a la cara al mejor equipo de Europa, al rey sin corona. Se podían haber multiplicado las dudas del Madrid y haber elevado los niveles de confianza propios a la estratosfera. Pero se perdió y no queda tiempo para lamerse las heridas.
La dureza mental, granítica, que exhibió el Unicaja merece una loa. Después de dominar tres cuartos, con una renta de hasta 12 puntos, verse por seis puntos abajo a falta de tres minutos ante un equipo del potencial del Madrid es un cornada mortal en la mayoría de los casos. Pero la fe de los de Plaza resultó inquebrantable. Triple de Caner-Medley, palmeo de Fran, Toolson desde el lateral y una continuación de Suárez dejaron el partido igualado (83-83) a falta de 18 segundos. Balón blanco. ¿Falta o defender? Desde el banquillo se optó por lo segundo. Y su equipo le cerró todos los caminos a Sergio Rodríguez, que acabó tirando por detrás del tablero sin tocar aro. A la extensión.
Preguntarse si era mejor haber entrado en el carrusel de tiros libres o no es una discusión bizantina. No era mal negocio, en absoluto, una prórroga ante un Madrid que no estaba súper, al que se le veía incómodo a pesar de los fogonazos de Sergio, Llull y Mirotic, qué arsenal de talento. El montenegrino emergió en la prórroga (16 puntos, nueve rebotes y 28 de valoración), pero el Unicaja no cejó. Con fallos atrás, con algún atasco delante. Pero cómo no tenerlos ante tamaño rival, que castiga cualquier despiste. Un colosal Fran Vázquez, en la mejor versión conocida de él, era un titán. Pagaría el Madrid por un pívot como él. No lo tiene y encajaría perfecto en su esquema. Pero es del Unicaja y el gallego, con un Toolson que también potenció sus virtudes (no sólo es un anotador, es quizá el mejor jugador en el 2x2 de la plantilla, sus seis asistencias dieron oxígeno), se las ingenió para castigar de mil maneras el aro madridista. A falta de 20 segundos, la situación era un balón para el Unicaja con tres puntos abajo (96-93). Dudó si anotar rápido o esperar al triple. En esa vacilación, dos pases malos y un campo atrás que fue un puntillazo cruel. Se había ganado el derecho a un tiro para otra prórroga el Unicaja, pero se escurrió entre los dedos. Derrengado, en la orilla, se había marchado el factor sorpresa y, probablemente, la eliminatoria. Queda el orgullo. Habrá a quien no le valga. Visto de dónde se viene, no es poca cosa exigirle al límite al Madrid.
Acabó mal para los intereses malagueños el partido y arrancó peor para los dos. La tecnología estaba juguetona en el primer cuarto, que duró 50 minutos de tiempo real. Tras la primera canasta del Madrid, apenas 30 segundos transcurridos, se escacharró el reloj de posesión de la canasta del Unicaja. Tras 15 minutos de parón, las riendas las tomó el equipo malagueño y se distanció (6-14) justo cuando el reloj en el que atacaba colapsó. Dominaba Fran, Granger se sentía cómodo y Suárez tapaba agujeros. Pero llegó otro cuarto de hora de alicates y destornilladores para encontrar una solución. Una dinámica complicada para el deporte profesional. Toolson marcó una primera máxima con un triple (6-17), pero el Madrid pisó el acelerador. La previsión, lo que se ha visto en el 90% de los partidos del equipo blanco, era que cuando los de Pablo Laso se montan en la moto, adiós. Pero no, ayer no.
Mirotic comprimió el duelo hasta darle una ventaja al Madrid (20-19), antes de que Calloway empezara su show de 10 minutos para mantener el liderazgo al final del primer cuarto (20-21). El búlgaro, espoleado tras su partidazo ante el Gran Canaria, siguió en esa línea en el Palacio. Le miró a los ojos a Sergio Rodríguez y el canario tuvo que agachar la mirada en el primer envite. Fue la versión del jugador que se fichó desde el Cajasol, el que Plaza conocía. Mandó, dio criterio, eligió bien y anotó. Y con la clarividencia de Urtasun y el trabajo de Stimac, el Unicaja recuperó la renta perdida y se fue al descanso con 11 puntos de renta (41-52).
El Madrid sólo perdió un partido en casa y le exigió al Valencia 110 puntos para hacerlo. Estaba casi en ritmo el Unicaja, pero elevó sus prestaciones defensivas el equipo blanco y padeció el Unicaja, que con un dos más uno de Fran marcó su tope (45-57), antes de un parcial adverso, 8-0. Aguantaba arriba el Unicaja al final del tercer cuarto (67-68), pero Sergio Rodríguez ya ofrecía el recital clásico del mejor jugador de la Euroliga. Boqueaba el Unicaja, pero jamás la perdía la cara. El mago canario abría la tremenda defensa malagueña y con seis arriba (79-73) aquello parecía sentenciado.
No, no se rindió el Unicaja, que tuvo aire, fe y algo de ideas para empatar (83-83) y forzar la prórroga tras poner nervioso al rival. Los cinco minutos extras resultaron tensos, con protagonismo de Mirotic. Pero no resultó bastante el coloso Fran ni la variedad de Toolson. Hincó la rodilla el Unicaja, no le quedó más aire. Pero exigió al Madrid al límite.
Ficha técnica
98 - Real Madrid (20+21+26+16+15): Rudy Fernández (12), Mirotic (16), Darden (12), Llull (18) y Bourousis (8) -equipo inicial-, Carroll (1), Rodríguez (15), Díez, Slaughter (8) y Reyes (8).
93 - Unicaja (21+31+16+15+10): Suárez (9), Granger (11), Vázquez (17), Toolson (13) y Caner-Medley (9) -equipo inicial-, Urtasun (9), Calloway (13), Kuzminskas (6), Hettsheimeir (2) y Stimac (4).
Árbitros: Juan C. Arteaga, Benjamín Jiménez y Juan L. Redondo. Sin eliminados.
Incidencias: primer encuentro de semifinales, al mejor de cinco partidos, disputado en el Palacio de Deportes de Madrid ante 8.163 espectadores. Un fallo en el reloj sobre una de las canastas hizo que el partido comenzara más tarde y que 13 segundos después se parara durante catorce minutos hasta que se reparó la avería. A falta de 5.18 para el final del primer cuarto, se estropeó el reloj de la otra canasta. Esta vez el parón fue de doce minutos.
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