La resaca de Champions roba siete de 12 puntos

El debate está servido, pues el Málaga ganó los nueve en liza cuando antes de Liga no tuvo que jugar partido europeo

Jesús Gámez y Portillo lamentan el gol de Falcao, que lo celebra con Raúl García.
Jesús Gámez y Portillo lamentan el gol de Falcao, que lo celebra con Raúl García.
José L. Malo / Málaga

09 de octubre 2012 - 05:02

Muchas veces se trata de estadísticas sin más, de números que se combinan en secuencia sin una relación causa-efecto. En este caso, parece haber una correlación bastante evidente. Se trata de los resultados obtenidos por el Málaga después de sus buenos encuentros en Europa. Cuatro son ya los acumulados en la Liga de Campeones, dos de fase previa y otro par de la fase de grupos. Tras ellos hubo apenas unos días para aterrizar en la competición casera. El bagaje es de cinco puntos sobre 12 posibles, argumento que refuerza la tesis de los que creen que los partidos entre semana suponen importantes consecuencias para el fin de semana.

Dato significativo habida cuenta de que el conjunto blanquiazul ha sumado la nada desdeñable cifra de 14 puntos en la clasificación. Quiere decir que firmó pleno, nueve de nueve, en los tres que disputó sin confrontación previa en el Viejo Continente: Celta (0-1), Levante (3-1) y Betis (4-0). De hecho, curiosamente estos tres precedían citas europeas de relumbrón: la ida ante el Panathinaikos y los duelos de grupo frente al Zenit y el Anderlecht. La muestra de encuentros no es muy extensa, pero sí que se puede concluir que la plantilla parece más mentalizada en evitar que la Champions distraiga en el choque previo de Liga que en la recuperación física y anímica de sus buenas actuaciones internacionales.

Hay más datos coincidentes, algunos nacidos desde la interpretación de la estadística, todo hay que decirlo. Pero lo cierto es que el Málaga cuajó encuentros de como mínimo notable ante el Panathinaikos (2-0), el Zenit (3-0) y el Anderlecht (0-3). Noches solventadas con un patrón común: un alto ritmo de juego, numerosas ocasiones a lo largo de los 90 minutos y apenas haberle dado concesiones al rival. Que justifican de algún modo el desgaste posterior. Ahí están los desplazamientos, la falta de horas para recuperar golpes y la frescura. Una mella.

Coincidencia o no, el equipo de Pellegrini se dejó dos puntos en casa ante el Mallorca (1-1 gracias a que Juanmi salvó los muebles en los minutos finales). Ganó en Zaragoza merced a una acción aislada de Camacho al rematar un córner de Eliseu (0-1) en un partido espeso, también en un terreno de juego que no permitía el fútbol fluido. Empató sin goles en San Mamés, donde maniató al rival bien pero le faltó clarividencia arriba, y salió derrotado del Calderón en una cita donde el Atlético de Madrid marcó un desarrollo físico muy alto.

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