Crisis en Cataluña

La alta política sensata

  • La intención de 'Salvados' no era entrevistar a Felipe González, era divulgar una carta de Oriol Junqueras

La informal puesta en escena de la entrevista a Felipe González en  'Salvados'.

La informal puesta en escena de la entrevista a Felipe González en 'Salvados'.

No había interferencias. Un encuadre sencillo y desnudo para que prevalecieran las palabras, no las imágenes. Es el mejor estilo de este programa. Un pulso dialéctico con Felipe González que volvió a agigantar a los políticos de la transición aunque la intención final de Jordi Évole este domingo en Salvados era presentar un mensaje con la mano tendida de Oriol Junqueras y pulir así el desánimo de ERC. Igual que el objetivo del Salvados del falso 23 F o el de José María García buscaban seguir manchando la imagen de Juan Carlos I y todo lo que significó en la construcción de la democracia. Évole no se esconde. Es un sectario que utiliza su prestigio para seguir minando las instituciones nacionales. Es el fontanero más hábil de la cuerda de Jaume Roures: es el jefe de mantenimiento del gasoducto, tóxico y apestoso, que va de Podemos al independentismo catalán, esas cañerías que se inauguraron oficialmente el día de la manifestación de los atentados de Barcelona. Es el Guardiola que husmea lo que le conviene para seguir ayudando bajo cuerda. Roures anunciaba ayer que ahora va a financiar una serie con su visión de la Guerra Civil. Ofú.

Felipe González nos salva en 'Salvados'

El estadista Felipe González nunca decepciona. Años de experiencia y agudeza. Habla de política con miras de alta política. No insistiremos en que no hay en la actual generación alguien de su altura. Acudía de civil, con chaleco y camisa: representante del consejo de ancianos. Sin maquillar, sin plató, sin importarle la apariencia de los primeros planos. No iba a la sala de masajes de otros tiempos, sino a la sala del café donde se cuentan las confesiones más sinceras. No tiene que calcular en votantes y afectos. En el interrogatorio de Salvados González tuvo todas las expresiones sabias y sensatas que necesitamos a día de hoy, con la moderación en el punto exacto del pragmatismo, para analizar el vitriólico embrollo catalán. Sin gestos exagerados y cuidando las expresiones del rostro, con la sonrisa irónica al hablar de cuando declina ser invitado en TV3: "en ocasiones uno se resiste a servir de excusa". Para ir a TV3 es mejor estar con Évole, que es el Juan de Patmos del Apocalipsis. Qué le gusta sacar las imágenes de la policía el 1 de octubre y escamotear el pasteleo de sus mossos. Y se olvidó de los escraches a los agentes. Del clima bélico de los presuntos pacifistas. Qué asquerosos somos siempre los españoles para Jordi Évole. Si hubiera habido heridos habríamos visto a Puigdemont visitando hospitales, le tuvo que recordar el ex presidente.

Felipe González nos salva en 'Salvados'

El ex líder del PSOE duda del grado de rebelión, que lo del referéndum montado por los amigos de Roures no fue un exactamente golpe de estado pero sí la representación de un cúmulo de ilegalidades, que las investigaciones aún han de dar mucho de sí y que se debió aplicar el 155 mucho antes, en 2014, con la consulta de Mas. Y que Puigdemont no es un exiliado sino el capitán del Costa Concordia. Un tipo sin dignidad ni heroísmo. Distinguió entre descentralización y "centrifugado". Entre autonomías leales y taifas. Todo eso lo ha dicho González otras veces pero entre las paredes desnudas, en el silencio del domingo y en la actitud áspera de su entrevistador resuena más nítido y ejemplar. Como que no comprende el furor legionario de los ministros. Évole, ahora que la han liado los suyos de verdad, tiene miedo del nacionalismo español. Creen que en el resto de España vamos a ser tan obsesivos y tan rencorosos, tan mala gente, como esos tipos, erre que erre con la independencia, a los que defiende Évole cuando va de gira por otros programas.

Felipe González nos salva en 'Salvados'

Una independencia virtualmente imposible en una nación-estado de cinco siglos como la que formamos los españoles. El de Cornellá tiene mucha memoria para 1714 o 1936 pero se hacía el imberbe para dudar del indulto de1988 hacia los golpistas del 81. No comparemos, volvió a recalcar González, quien recordó que no puede haber indultos cuando no ha habido juicios. Palabras e ideas decentes en la noche del domingo frente a la palabrería e imposturas habituales de La Sexta Noche. ¿Dónde están los Felipe González de hoy?

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios