Feria de Málaga

Feria taurina: Un gran Emilio de Justo abre la Puerta Grande de Málaga

El diestro Emilio de Justo sale a hombros tras la corrida de la Feria de Málaga celebrada este lunes en la plaza de La Malagueta.

El diestro Emilio de Justo sale a hombros tras la corrida de la Feria de Málaga celebrada este lunes en la plaza de La Malagueta. / Jorge Zapata | EFE

¡Qué pedazo de torero es Emilio de Justo! Qué torero más grande y que te llena tanto el alma, qué bonito es el toreo cuando llegan tardes así, viendo a un pedazo de torero sacarle faena a un toro por el que no dábamos un duro nadie. Es indescriptible la emoción que se vivió en el coso de La Malagueta, Emilio fue haciendo la faena de menos a más, poco a poco, no obligando al toro de primeras, intentando alargarle la embestida, hacer que humillase y se fuese tras la muleta. No era fácil, el de Garcigrande estaba parado y soltaba la cara, pero la paciencia y el saber hacer las cosas por parte de Emilio, logró que a final de faena consiguiera los pasajes más bellos de la tarde, rompiéndose él y rompiendo al toro. Se entregó tanto De Justo que llegó incluso a soltar la espada de verdad y torear con la mano derecha al natural, encajado en los riñones, gustándose y volviendo loco al personal. La espada fue el remate a una gran obra.

Y por fin debutaba Emilio de Justo en la plaza de toros de La Malagueta y no podía hacerlo de mejor forma que con una maravillosa faena a su primer toro. De primeras salió muy corretón y sin querer hacer caso de los capotes pero Emilio lo recogió y empezó a torear por verónicas, de manos bajas, meciendo el capote, con temple, rematando con una media de mucho gusto.

La emoción a raudales recorrió los tendidos de La Malagueta con el toreo de Emilio de Justo en la muleta, si buenas fueron las tandas por el derecho, qué se puede decir las tandas sobre la mano izquierda. Bajando la mano, enganchando adelante y llevándolo atrás de la cadera. Series excepcionales de clase y pureza de un torero excepcional, que se llevó un buen susto cuando el toro lo arrolló en un pase de pecho rompiéndole la taleguilla.

No pudo lucirse con el capote Ginés Marín con el primer toro de Domingo Hernández que salió muy distraído y haciendo caso omiso a los capotes. Brindó al público y Ginés hizo una faena que parecía no tener transcendencia en el tendido pero que gracias al muy buen estoconazo consiguió cortar una oreja pedida con insistencia por el público. El toro estaba muy parado, entraba medio andando al cite y sin franqueza. Marín acortó distancias y se montó encima del toro.

El sexto toro se paró muy pronto, tuvo que meterse entre pitones para intentar justificarse, aun así la gente le empezó a invitar a que cogiera el acero de verdad porque se veía que aquello no iba a tener transcendencia alguna.

Quiso recibir Miguel Ángel Perera a su primer toro por verónicas pero el animal entraba andando, sin son. Destacó en la lidia Curro Javier bajándole mucho la mano e intentado alargarle la embestida, que a la postre sería la tónica determinante de la faena que le planteó el extremeño. El de Garcigrande siempre se quedaba corto y soltaba la cara al final del muletazo. No quería nada por arriba, de hecho, cuando lo obligó por bajo vinieron los tres mejores derechazos de la faena.

El cuarto toro de la tarde no quiso saber nada de capotes y puso en aprietos a Curro Javier en banderillas, con dos pasadas en falso hasta que en la tercera lo cazó, teniéndose que desmonterar. Comenzó la faena en el centro del ruedo para dar un pase cambiado por la espalda, parecía que aquello podía presagiar cosas buenas pero después de la primera tanda se pudo comprobar que a pesar de estar muy correcto Miguel Ángel, aquello no tenía transcendencia alguna.

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