En el último día de competición del Festival de Málaga ha llegado desde Brasil el largometraje El Gran Circo Místico, dirigido por el veterano realizador brasileño Carlos Diegues. La cinta, una coproducción entre Brasil, Portugal y Francia, utiliza el mundo circense como metáfora de la decadencia latinoamericana y pone en el centro, como personaje plural, la familia del circo. 

En 1910, en la noche del paso del cometa Halley, el joven Kieps visita a su amada Sherezade, que le habla de su pasión por el circo y de cuánto echa de menos la familia que se forma en torno a él. De ahí que el futuro doctor renuncie a su carrera para comprar el Gran Circo Místico y convertirlo en su casa y la de sus futuras generaciones. De la mano de un maestro de ceremonias inmortal, Celavi, el espectador presencia las aventuras, amores y desdichas de los Kieps. Y con ellos, el paso del tiempo y la decadencia. 

Durante los últimos 15 años el cineasta ha estado trabajando en este proyecto, según resalta el coproductor Luis Galvao Telles. En ese tiempo se prohibieron los animales en los circos en toda latinoamérica, salvo México, y esto provocó que todo el rodaje se desarrollara en Portugal. "El circo de la infancia de Diegues era con animales, así que consideró fundamental que estuviesen en la película", indica el productor. Subraya también que esta historia entre realidad y fantasía "es una gran alegoría de la situación de Brasil y de toda América Latina y un retrato del pasado siglo". 

"Esa degradación que presenciamos tiene un final utópico, lo que significa la posibilidad de que cualquier cosa es posible, que se podría dar un resurgimiento", afirma Galvao Telles. Basada en una obra poética, El Gran Circo Místico cuenta con las interpretaciones de Jesuíta Barbosa, Bruna Linzmeyer, Rafael Lozano, Antonio Fagundes, Catherine Mouchet, Juliano Cazarré, Vincent Cassel y Marina Provenzzano, que ha acompañado al productor en la presentación de la cinta en Málaga. 

El rodaje, que duró 10 semanas, fue un "acontecimiento para los actores, un proceso muy especial en el que nos íbamos pasando el relevo de generación en generación", señala Provenzzano de este bello proyecto en el que recurrieron a un artesano francés para recrear el circo de hace un siglo.