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El actor Javier Cámara: "Este trabajo me ha salvado la vida"

Javier Cámara recibe el Premio Málaga en el 27 Festival.

Javier Cámara recibe el Premio Málaga en el 27 Festival. / Javier Albiñana

El chico de 20 años que se fue de Albelda de Iregua en La Rioja a Madrid para estudiar teatro en la Escuela Superior de Arte Dramático no se habría imaginado ni en sus mejores sueños llegar hasta donde está ahora. Javier Cámara atesora dos premios Goya y en el Festival de Málaga ha obtenido la Biznaga de Plata a Mejor Actor en dos ocasiones. Él siempre quiso hacer teatro, por su mente nunca pasaron ni la televisión ni el cine, pero le llegó la oportunidad y zarpó en esa aventura que le salvó la vida. Ahora, más de tres décadas después, el Festival de Málaga en su 27 edición ha decidido otorgarle el Premio Málaga.

Con Torremolinos 73 de Pablo Berger, Javier Cámara se llevó su primera Biznaga del Festival y en 2008 por Fuera de carta, dirigida por Nacho G. Velilla. Después de 21 años de la primera y 16 de la segunda, Cámara observa su trayectoria y considera que es un actor privilegiado. “Soy de los pocos actores que trabajamos anualmente”, ha asegurado el intérprete en el encuentro organizado por el Festival de Málaga este lunes en el Teatro Cervantes que ha contado con la participación de Juan Antonio Vigar, director del certamen.

A la hora de trabajar intenta “hacerlo bien, dar pocos problemas, llegar al set con todo preparado y si tengo que callarme me callo, aunque muchas veces me cuesta”. Llegar a donde ha llegado no ha sido tarea fácil y cuanto mayor es la experiencia mayor es la responsabilidad.

Entre risas, tras ser cuestionado sobre si siente dominio de la profesión después de tantos años o si todavía siente alguna inseguridad, Cámara ha relatado una anécdota que tiene con Amparo Baró de la época de 7 vidas: “Ella fumaba mucho y un día la vi muy nerviosa y le pregunté que si lo estaba. Me dijo va a más Javier, va a más. A mí esa frase se me clavó”. A lo que ha afirmado que “cada vez tenemos más responsabilidad y sí, va a más, pero lo disimulamos”.

Se fue de su pueblo siendo prácticamente un niño de 20 años a intentar trabajar en lo que realmente le apasionaba y lo logró. Más de tres décadas después ha confesado que esta profesión “me ha salvado la vida”.

“Las decisiones más importantes de mi vida las han tomado otros por mí”, ha explicado el actor. Además, ha añadido que un profesor de Literatura fue el que le ayudó a entrar a estudiar teatro. Se centró en él y “luego llegó el cine y la televisión y me dejé caer”.

Al pensar en cómo se trabajaba cuando él comenzó, ha incidido en que las cosas han cambiado y las nuevas generaciones están muy bien preparadas y “están aquí ya, el presente es el futuro de ellos”. Por ello, ha remarcado que los “privilegiados” tienen “que abrir los brazos” al nuevo talento y no quedarse antiguos porque “hacer películas es muy complicado”.

De igual forma ha señalado en que deben escucharlos, apoyarlos y admirarlos, sobre todo a las numerosas mujeres cineastas que están surgiendo ahora. “Hay muchísimas directoras brillantes y muchísimas chicas estudiando en las escuelas de artes. Tenemos que aplaudir este momento de lucha feminista, del momento de la mujer en nuestra profesión e ir todos de cabeza”, ha apostillado el actor.

A su juicio “viene gente muy preparada que lo único que le falta es experiencia”. Por ello ha remarcado que lo que le queda por hacer es "conocer a esa gente". Además, ha insistido en que "hay tanto talento que se desperdicia que hay que ir a buscarlo". 

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