La farola

Alfarnate, las bondades del pueblo más alto de Málaga

Un caballo en el entorno de Alfarnate, en la provincia de Málaga.

Un caballo en el entorno de Alfarnate, en la provincia de Málaga. / Sergio Camacho

Málaga es una provincia inusualmente escarpada. Su línea costera está franqueada por diversas formaciones montañosas y su extensión interior tiene parte de los terrenos con más desniveles de la comunidad autónoma andaluza y a menudo sorprende a quienes la visitan por primera vez por lo irregular de su terreno y lo rico de los diferentes ecosistemas que en ella se desarrollan. Sólo Asturias es más escarpada que Málaga en España. En el norte de la Axarquía, cercano a la provincia de Granada, se encuentra el pueblo con mayor altitud sobre el nivel del mar de la provincia: Alfarnate. Una localidad que duerme en un valle rodeado de montañas (rodeado por las sierras de Enmedio, Palomera y Jobo) que parece un lugar previsto por la geología para el asentamiento de humanos. Protegido por las montañas, rodeado de cerezos, nogales, almendros u olivos, a 886 metros sobre el nivel del mar y 50 kilómetros del Mediterráneo, Alfarnate ofrece sus bondades en torno a la naturaleza, el clima y su patrimonio histórico.

Por su posición entre dos provincias como Granada y Málaga y por su situación en una de las pocas rutas que históricamente conectaban ambas ciudades, Alfarnate ha sido durante siglos un punto de paso que queda reflejado en la histórica Venta del Alfarnate, construida a finales del siglo XVII, aún sigue operativa. Utilizada por el rey Alfonso XIII y frecuentada por los legendarios bandoleros José María el Tempranillo o Luis Candelas. Hoy en día los caminos que antiguamente conectaban esta parte de la península se han convertido en carreteras o son senderos para disfrutar de un medio ambiente envidiable. El sendero de las Morillas es uno de ellos, bien señalizado y con buena huella permite recorrer los terrenos en torno al pueblo con tranquilidad y que puede servir para llegar al municipio vecino de Alfarnatejo (dista cuatro kilómetros), al Lagar de Olmedo, o al sendero Pico del Viló, un recorrido algo más largo, pero que merece la pena por la gran perspectiva del territorio que consigue su situación. Estos puntos están al Sur del pueblo, al Norte, subidas más exigentes como el pico Chamizo.

La historia de Alfarnate y de su nombre enraíza en el pasado musulmán de la zona. Se cree que su nombre viene de al farnat, molino de harina en el árabe de la época, ya que además, está datada la producción de harina en la zona durante la Edad Media y épocas posteriores. Otro punto clave que Alfarnate comparte con los pueblos de la zona fue el gran terremoto de 1884. En la tarde del 25 de diciembre de 1884, la zona vivió uno de los terremotos más desastrosos de los últimos siglos que repartió destrucción sobre las provincias de Granada y Málaga:  745 muertos y 1.485  heridos con  4.399 edificios destruidos y 6.316 en estado ruinoso entre las dos provincias. Un desastre que obligó a muchas localidades de este punto de Andalucía a rehacer sus edificios.

Por su situación en alto y por no estar demasiado lejos del mar, el clima de esta zona también es agradecido y de entre los restos de patrimonio histórico, no sólo se encuentran los restos árabes del Cerro del Castillejo, también hay yacimientos prehistóticos en torno al arroyo Morales, al arroyo Palancar y el puerto de los Alazores. Una zona no muy conocida de la provincia de Málaga que provee de tranquilidad y entornos naturales preciosos a sus visitantes. 

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