Los jardines botánicos repartidos por la provincia de Málaga son emplazamientos frecuentados y disfrutados cada vez por más gente. El cuidado de especies, a menudo exóticas y de procedencias lejanas, en un entorno controlado y estudiado para poner en valor dichas especies vegetales es algo desarrollado por los humanos durante milenios. Pero en pleno cinturón urbano de Málaga, en la sierra que separa las conocidas localidades de Alhaurín de la Torre y Mijas hay un jardín botánico en plena naturaleza que lleva décadas creciendo con una cantidad de biodiversidad inusual por estos parajes y que conforma un pequeño paraíso por el que transitar y en el que desconectar: el Arboretum de Jarapalos. Un lugar con varias rutas que hacer, remansos de tranquilidad que disfrutar y mucho trabajo de cuidado, planificación y ejecución detrás. Con una historia tan sorprendente como reconfortante.

Un arboretum o arboreto es una especie de jardín botánico planificado, fundamentalmente, con árboles que se complementan y tienen las características idóneas para el lugar elegido. Suelen construirse con el objetivo de estudiar estas plantas, recuperar especies y rejuvenecer entonos naturales. El de Jarapalo cumple las tres premisas y su particular historia comienza muchos años atrás cuando el entorno en el que se encuentra era un vivero del que se extraían los árboles para llevar a cabo reforestaciones en las diferentes sierras malagueñas. Con el paso del tiempo, la Plataforma para la Defensa y Salud de la Sierra (PDSS) reformó la casa que servía como centro de operaciones del antiguo vivero y en torno a él y en otros parajes cercanos empezó a diseñar y plantar el arboretum en 2011. Más de una década después, la naturaleza agradece el empeño puesto por la PSDD y los voluntarios en colaboración con varias administraciones y el lugar es un punto de recreo y tranquilidad que merece la pena visitar.

Además de tener la cartelería detalles que permiten conocer el entorno y seguir las diferentes rutas que se pueden tomar desde este punto, el Arboretum de Jarapalos invita a cuidar la naturaleza y ha ido mejorando los alrededores que cuentan con fuentes y pequeños cursos de agua. Además, en la iniciativa han colaborado a lo largo de los años no sólo los miembros y amigos de la PSDD, también colegios y otros colectivos que han ayudado a sembrar y desarrollar una idea que ha mejorado el medio ambiente que les rodea y, además, ahora sienten como suya. Una iniciativa encomiable que proporciona una puerta de entrada a la sierra que conecta Alhaurín de la Torre y Mijas y que, incluso, hay visto cómo se celebraba el Maratón de Jarapalos en sus inmediaciones. Pero también hay periódicamente actividades que sirven para explicar, generar conciencia y mejorar este entorno natural que, por su situación y características también proporciona unas vistas impresionantes sobre el Mediterráneo y la poblada línea costera malagueña. Es, además, ideal para las rutas en bicicleta.

Aunque el desnivel para subir hasta que se pueda ver el mar puede ser demasiado para los paseantes menos avezados, lo cierto es que no es una gran distancia y merece la pena. En los días propicios, la visión de la Costa del Sol con África de fondo es una buena recompensa al esfuerzo. El mapa bajo estas líneas se sitúa el antiguo vivero rehabilitado que tiene cerca varios puntos interesantes, miradores, fuentes y otras peculiaridades, pero el trabajo hecho en el entorno se puede ver en la ruta desde la falda de la sierra que se ataca desde Alhaurín de la Torre. Un pequeño paraíso no muy conocido en el entorno de la capital malacitana y que seguirá necesitando del civismo de sus visitantes para seguir adelante.

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