La farola

Comer espetos en Málaga: la extensión de la famosa 'Ley de la erre'

Espeto de sardinas en un chiringuito de la Costa del Sol.

Espeto de sardinas en un chiringuito de la Costa del Sol.

El litoral de la provincia de Málaga se ha asentado como uno de los lugares en los que las sardinas son las protagonistas de gran parte de los menús veraniegos y en primavera. La popularización y expansión de los espetos ha hecho que esta especie sea de las más populares, junto a los boquerones, en las cartas de los chiringuitos y restaurantes cercanos a la playa. Es lógico, cuando se cocinan bien los espetos, el sabor y el punto de la carne de sardina puede ser exquisito y se convierte en uno de esos pequeños placeres simples que adornan un día cualquiera. Además, fritas o asadas, las sardinas suelen ser una gran opción en muchos de los hogares andaluces. Hay un dicho popular que marca la temporada en la que esta especie es más apetecible: los meses que no tienen la letra erre en su nombre.

Mayo, junio, julio y agosto suelen ser los meses en los que más se consumen los espeto y este dicho del saber popular tiene su particular explicación: la alimentación de las sardinas. Estos meses del año coinciden con la subida paulatina de la temperatura del agua del mar y también con el periodo de cría de algunas especies, lo que provoca que la dieta de las sardinas (diferentes tipos de plancton y algunas larvas de otras especies) sea más rica y la acumulación de grasa en su cuerpo sea mayor, esto provoca que estén más sabrosas y ha dado lugar a la famosa Ley de la erre. Las sardinas se alimentan más y mejor y eso repercute en su sabor. Con septiembre a la vuelta de la esquina, hay que tener en cuenta que, de momento, la temperatura del mar no cambiará en exceso aunque ya empiece a bajar grados conforme avance el mes, pero ciertamente, se puede tomar septiembre como una extensión especial a la particular fórmula a tener en cuenta para saber cuándo comer los mejores espetos en Málaga o en cualquier otro punto de la costa mediterránea.

Propiedades beneficiosas y parte de la cultura mediterránea

Las sardinas no sólo son muy consumidas en la provincia de Málaga, todo el litoral andaluz tiene en ellas un alimento habitual que a lo largo de los siglos se ha asentado en la cultura mediterránea. Es un alimento que se puede disfrutar de todo el año, aunque en la época de su reproducción, invierno, la cantidad de grasa en el cuerpo es menor y tal vez se puedan notar menos jugosas aunque no por ello de baja calidad. Es uno de los pescados más consumidos a lo largo de la historia y hay certeza de que fue así en los últimos milenios. Sus propiedades, además, son bastante beneficiosas para la salud.

Minerales como el calcio y el fósforo, vitamina D, A o B1 entre otras muchas del grupo de las vitaminas B, su grasa es rica en ácidos grasos omega 3 (que son cardiosaludables), proteínas y otro tipo de componentes beneficiosos para la salud. Así que no sólo es uno de los pescados azules con mejor precio de entre los más habituales, también uno de los más beneficiosos y fáciles de cocinar, todo un combo de propiedades.

En las últimas décadas se ha producido un resurgir de la popularidad de las sardinas y también de los espetos. Por toda la Costa del Sol se mima y tiene en cuenta este producto que es de los más pescados por la flota andaluza. En las últimas fechas, el concurso de mejores espetos de Torremolinos ha coronado al espetero del popular chiringuito El Canarias (en la plaza del Remo, de la famosa Carihuela) como el mejor de la Costa del Sol. Todo un reconocimiento si se tienen en cuenta la popularidad y calidad de los espetos en el litoral malagueño.

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