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La Bámbola, tras la emisión de su 'Pesadilla en la cocina' de Chicote: "Hemos pegado un boom"

José, María Jesús y Raquel, en La Bámbola.

José, María Jesús y Raquel, en La Bámbola.

Este pasado jueves se emitía en La Sexta el episodio de Pesadilla en la cocina de Alberto Chicote en el que La Bámbola, de María Jesús y José, era la protagonista, en la céntrica barriada de Olletas. En el programa, que se grabó a finales de marzo, se pudo ver todo el proceso evolutivo del restaurante, los problemas que sufría y el lavado de cara que le dio al local y la carta el equipo de Chicote. Unos días después de salir en prime time durante dos horas, desde La Farola hablamos con ellos: "A raíz del programa esto ha pegado un boom".

"Se nos ha venido abajo el Instagram, el Facebook y hasta el teléfono, que no ha parado de sonar. Hemos trabajado como nunca, lleno al mediodía y a la noche. Hemos tenido gente esperando mesa. Gente que ha venido sin reserva. Gente sin reserva se ha tenido que esperar 20 minutos, eso es increíble, no nos había pasado nunca", reconoce sorprendido José, ilusionado por la aceptación que ha tenido su paso por el programa de Chicote: "Ha sido salir el programa y esto ha sido un boom. Ha sido muy bueno, gente viniendo de toda la provincia, mucha gente nos ha dado la enhorabuena. He tenido que pedir ayuda a mis hijas este fin de semana porque no dábamos a basto".

La nueva La Bámbola. La nueva La Bámbola.

La nueva La Bámbola.

José reconoce que "estaba frito" porque saliera el programa, que llevaba grabado casi diez meses, porque pese a que tras el paso de Chicote tuvieron unas dos o tres semanas muy buenas, luego volvieron los problemas: "En verano nos defendemos pero en invierno hay días que he hecho cero euros. Yo puedo mantenerme con unos 100 euros diarios. Los fines de semana hay algo más de movimiento. Mi calle es muy comercial, hay otras 10 terrazas".

Sobre las semanas de grabación en La Bámbola, reconoce que fue una "experiencia muy dura, nosotros lo hemos pasado muy mal" por la alta exigencia del rodaje y la carga emocional que tuvo: "Fue duro, son muchas horas de rodaje, de ocho de la mañana a una de la noche. Nosotros no estamos acostumbrados a esa presión. Mi mujer cada vez que sale llorando era cierto". Fue hasta tal punto, que José reconoce que "en mitad del rodaje nos arrepentimos".

"Estás en tu restaurante y de repente te viene un domingo varios camiones como elefante en una cacharrería, entran y se apropian de tu restaurante. Le tuvimos que dar la llaves. El cuarto baño era un centro de control de la Nasa. Nos metían mucha caña. Hay unas pocas ideas que están guionizadas", reconoce sobre el tema José, aunque siguieron adelante y ahora ven los frutos del esfuerzo: "Nosotros al ver el restaurante fue muy bonito. Tuvo momentos muy bonitos, sabíamos que el trabajo tiene recompensa. Salir en prime time no tiene precio, porque desde que hemos salido en la tele, nuestro Instragram se ha caído".

La cocina, con María Jesús y Raquel. La cocina, con María Jesús y Raquel.

La cocina, con María Jesús y Raquel.

Tras el paso de todo el equipo de producción de Pesadilla en la cocina y la reforma del local y su carta, afirma que tuvieron varias semanas muy buenas pero que sólo se enteró el barrio y pronto tuvieron que reajustar ciertas detalles de la carta que les dejó Chicote: "El resto de Málaga no se enteró de nada. Ellos llegan y se meten en el restaurante, pero el resto no se entera. Con la reforma medio barrio vino a comer. Eso fue un boom de dos o tres semanas. Se aplacó después. La carta de Chicote la tuvimos que cambiar al mes. Él nos dejó una carta de un restaurante de la Gran Vía. Yo tengo una carta nuestra, pero con siete platos de Chicote. En un barrio de Málaga, el chivo lechal es carísimo y el trabajo es dinero. Nos salía una ración a 20 euros y tuvimos que quitarlo".

Recuperan sus pizzas y sus ya famosas croquetas

José de momento sigue en sala y María Jesús continúa en cocina pese a que, como quedó claro durante el programa, desea atender a los clientes antes que seguir en cocina. Ahora La Bámbola es un híbrido entre lo que implantó Alberto Chicote y su equipo de cocina y lo que los dueños han recuperado para ofrecer una carta nueva pero que mantiene sus clásicos: "Empezamos a trabajar con su carta y aguantamos las críticas pero tras varias semanas recuperamos varios platos nuestros".

Las alitas de pollo maceradas. Las alitas de pollo maceradas.

Las alitas de pollo maceradas.

"Las paellas que nos pusieron las mantenemos, todas por encargo, con eso continuamos. Hoy ha hecho mi mujer dos fideuá y han volado. Eso también lo mantenemos. Las empanadas de setas y miel, también, el bonito encebollado, las alitas de pollo maceradas con salsa...", apunta José sobre lo que sí mantienen, aunque "el gazpachuelo lo hacemos un poco cambiado".

Sus clientes venían pidiendo sus pizzas y no tardaron en recuperarlas, así como la "ensalada de bacalao, las famosas croquetas, de las que estamos haciendo una masa diaria que son 20 o 25 raciones; las pizzas, los platos de los montes, la rosada, el pescaíto frito, el pez espada, las gambitas al pil pil...". La Bámbola mezcla algunos de los platos más refinados que les ideó Chicote y mantiene algunas de las tapas con las que más cómodos se han sentido desde que arrancaron.

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