La farola

Las cuatro torres de Benadalid: Castillo romano, fortaleza bereber y cementerio contemporáneo

El castillo de Benadalid, de plata romana y reconstrucción musulmana.

El castillo de Benadalid, de plata romana y reconstrucción musulmana.

Llegaron los bereberes a la península ibérica en 711, avanzaron rápido y se adentraron en la serranía de Ronda, allí tomaron un pueblo con muchas fuentes de agua alrededor y una fortificación con cuatro torres que dominaba el territorio rico en naturaleza, víveres y conexiones con los principales núcleos de población de esa parte del Sur del territorio que hoy pertenece a la provincia de Málaga. Se asentaron en la zona. El castillo suponía una herramienta defensiva que sería clave en los siglos venideros, así que aprovecharon la construcción, la mejoraron y la acabaron convirtiendo en un sitio clave en la historia de la serranía. Aún sigue en pie, conserva la planta romana trazada en su construcción y desde el siglo XIX es el cementerio de Benadalid, el pueblo que la rodea y mantiene en su nombre la herencia musulmana.

Además de su planta, el hecho de estar entre localidades romanas importantes y conectadas como Lacipo (cerca de Casares) y Arunda (Ronda) sitúa Benadalid como una localidad que ya tenía importancia con anterioridad del dominio musulmán. Pero fue en esa época en la que ganó protagonismo, siendo un territorio fronterizo entre los diferentes contendientes por el poder musulmán en tiempos de Abderramán I o sirviendo de apoyo al rebelde Omar ibn Hafsún, que mantuvo en jaque a Abderramán III. Benadalid fue frontera entre el Reino de Granada y el de Sevilla, y cayó en manos cristianas en 1485, cuando la derrota musulmana ya era inevitable. Su iglesia, dedicada a San Isidoro, como otras muchas de la provincia de Málaga data de 1505, cuando las leyes permitieron que las mezquitas fueses transformadas en iglesias ya definitivamente. 

La rica historia del particular castillo de Benadalid sigue viva. Su puerta está presidida por una placa fechada en 1635 y hoy en día es el cementerio del pueblo. Aún conserva el aljibe bajo la parte central del edificio y su situación en el terreno hace que se divise un precioso paisaje desde él. Tal vez sea de lo más llamativo de la localidad, pero lo cierto es que no es lo único que merece atención. El propio municipio es uno de esos pueblos blancos que parece asentado en un lugar de postal adrede. Además de la iglesia, de varias casas señoriales, de las fuentes que rodean el pueblo, de las calles adornadas y cuidadas, también hay un antiguo lavadero con una Casa del Agua y una fuente que se dice lleva manando desde época romana.

Alojamientos, rutas y entorno natural

Benadalid no llega a los 250 habitantes, pero en el pueblo se pueden encontrar bastantes posibilidades de alojamiento, hay casi una decena de casas rurales en el mismo casco urbano o en sus proximidades, por lo que puede ser un buen lugar para una escapada. Su situación en el entorno del río Genal, su nivel de altitud y la gran cantidad de naturaleza que le rodea proporciona varias rutas a su alrededor. También está a menos de 30 kilómetros de Ronda, a la mitad de distancia de un lugar tan extraordinario como la cueva de La Pileta, o las pasarelas del río Genal. Está en un punto privilegiado para los amantes de la naturaleza que pueden elegir en un entorno rico. No queda lejos la primera fundición en España que hoy en día es un hotel en un entorno rehabilitado, el cañón de Las Buitreras, la cueva del Hundidero en Montejaque, o el nacimiento del Genal en Igualeja, que son tres espectaculares monumentos naturales no muy conocidos. Así que, además de la tranquilidad, historia y naturaleza del propio Benadalid, hay muchas cosas que hacer en torno a él, una pequeña perla de la geografía malagueña.

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