La farola

Viaje de cuatro milenios en el tiempo en el corazón de Málaga

Parte de la necrópolis de Las Aguilillas, en Campillos, Málaga.

Parte de la necrópolis de Las Aguilillas, en Campillos, Málaga.

Es un lugar peculiar, podría decirse que estratégico, fértil, diferente. Está en la confluencia de tres valles, los ríos Turón, Guadalteba y Guadalhorce dominan una zona que hoy está copada por los pantanos y los embalses pero que hace cuatro milenios, en la época en la que se excavaron en la piedra los siete panteones funerarios de Las Aguilillas (datados con una antigüedad entre los 3900 y los 4100 años), es más que probable que fuese un lugar particularmente fértil, con agua, zonas donde cultivar, cuidar el ganado y guarecerse. Un buen sitio en el que vivir. La necrópolis de Las Aguilillas, en el término de Campillos, ofrece hoy en día una pequeña ruta de pocos kilómetros y no mucho esfuerzo, bastante apta para ir con niños, que provee al visitante de buenos paisajes y bastantes opciones de ocio en torno a la naturaleza. Con la mirada adecuada, un pequeño viaje en el tiempo de cuatro milenios en el corazón de la provincia de Málaga.

La necrópolis fue excavada a principios de los años 90 del pasado siglo, un nido de ametralladoras de la Guerra Civil Española fue el detonante para que los arqueólogos se diesen cuenta de que en la zona había cuevas excavadas por el hombre. Algunas de ellas se usaron como refugio en la contienda bélica, aunque de la mayoría de ellas se han podido sacar los ajuares y diferentes restos funerarios. Además, en las proximidades hay yacimientos contemporáneos con herramientas de sílex y otros restos que hoy se pueden contemplar en varios museos. Uno de ellos que ayuda a conocer mejor estas épocas es el Museo de Los Dólmenes en Antequera que además tiene al lado las construcciones que le dan nombre. Lo más probable es que los habitantes de estos terrenos en aquella época viviese al otro lado del río. En esta necrópolis se han rescatado restos de al menos 51 personas, cuyos huesos fueron depositados junto a vasijas, cuchillos de sílex y collares. Aunque se encontraron osarios infantiles, la edad promedio de la mayoría ronda los 40 años.

El recorrido está perfectamente señalizado y las siete tumbas se pueden ver con tranquilidad, fueron excavadas con picos de piedra, de los que se han podido encontrar bastantes en los alrededores, y además se cree que estas construcciones eran osarios ya que los restos encontrados se ha confirmado que son segundas deposiciones de los cadáveres. Además, los restos encontrados se estima que pertenecen a dos grupos humanos diferentes pero entremezclados: se cree que uno procedente del continente europeo y otro autóctono. La llamada tumba cinco puede ser la más completa, en ella se aprecia el corredor, antecámara y cámara principal que otras de las siete también tienen, pero además cuenta con dos grandes losas que la cubren, algo que no se sabe si es porque hubo problemas de hundimiento o porque se siguieron pautas de construcción algo diferentes.

La necrópolis de Las Aguilllas está en el término municipal de Campillos y su entorno y los paisajes en torno al embalse del Guadalteba o los pantanos del Guadalhorce o el Conde de Guadalhorce están muy cercanos. Está en el entorno del Caminito del Rey, muy cerca de otro tesoro prehistórico como es la cueva de Ardales, y de un particular yacimiento que tiene restos de varias épocas y mucha historia: Bobastro, el hogar de Omar ibn Hafsún, el hombre que puso en jaque durante décadas a Abderramán III.

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