La farola

El pinsapo de Málaga: La sombra más exclusiva del mundo

  • Resiste desde la época glacial y aunque debieran de estar extintos conforman lugares y paisajes únicos en el mundo: pinsapares al calor del Sur de Europa

Detalle de la hoja de un pinsapo.

Detalle de la hoja de un pinsapo.

En un punto de la existencia humana en el que las sensaciones animan a tomar más de una decisión, la exclusividad es una moneda de cambio habitual a la hora de elegir opciones para el tiempo libre. Construcciones, lugares, productos a los que no todo el mundo puede acceder y que suponen un punto adicional en el disfrute de casi cualquier servicio, momento o bien de consumo. La significación, los gustos y aspiraciones de cada persona marcan el listón de la importancia de esa exclusividad. En el Sur de la península ibérica, en una primavera que vuelve a ser más calurosa que la anterior, cerca del Mediterráneo, de la poblada Costa del Sol, con vistas al desértico Norte de África y a menos de 2000 metros de altura hay un pequeño grupo de arboledas únicas en el mundo, que sobreviven en la zona desde la época glacial y ofrecen durante todo el año uno de los bienes más preciados en los cada vez más frecuentes y extensos meses cálidos de la zona: la sombra. El pinsapo, su especie más señera, es un árbol que sólo vive aquí y, aunque lo normal es que se hubiese extinguido, proporciona la sombra más exclusiva del mundo.

En las provincias de Cádiz y Málaga hay tres núcleos con bosques de pinsapos que sobreviven a pesar de todo. Un tipo de abeto endémico de la zona que crece sobre un suelo único y que fue catalogado hace casi dos siglos por el pródigo botánico suizo Pierre Edmond Boissier después de uno de sus viajes por el sur de España. No es un pino, hay quien señala que tampoco exactamente un abeto aunque está catalogado como tal, su madera fue utilizada durante siglos y hasta el XIX no se empieza a crear una conciencia sobre su importancia botánica por sus características. A diferencia de otras especies vegetales no se replantaba en tiempos antiguos y sólo durante finales del siglo XIX y el XX se puso atención sobre las particularidades de unos bosques que no tienen réplica en todo el planeta. Su supervivencia es una de esas casualidades incalculables por su dificultad.

Alejado de los climas fríos que tanto bien hacen a los abetos y de condiciones que pueden considerarse idóneas para su vida, los bosques de pinsapos han perdurado a pesar de los cambios en el clima, la explotación maderera, los incendios a lo largo del tiempo que se han replicado en los últimos años, las enfermedades y hongos que sólo atacan a este tipo de árboles, la deforestación a su alrededor o el exceso de ganadería y otros factores que aunque menos importantes también suponen una amenaza. Ahora, aprovechando normalmente las zonas más altas y las umbrías de los bosques, la población de pinsapos es respetada por los lugares y cada vez más por los visitantes y viajeros para quienes, a menudo, son un reclamo para iniciar algunas de las rutas que los ponen en valor.

Sierra de las Nieves, Sierra Bermeja y Grazalema

Hay bastantes recorridos para disfrutar del entorno único y la exclusiva sombra e la que proveen los pinsapos andaluces. La Sierra de las Nieves, en la provincia de Málaga, no sólo tiene caminos y rutas por los históricos neveros o la pionera industria de hojalata, también ofrece recorridos para ver pinsapos singulares o bosques en los que este tipo de árboles son los protagonistas. Tomando como referencia el pueblo de Yunquera, hay varias rutas que suben hasta el puerto de La Torrecilla, el más alto de la provincia, uno de ellos pasa por el Pinsapo Candelabro, un árbol de bastante edad con forma de este tipo de utensilio lumínico. En realidad no es el único con dicha forma y se les llama así a los árboles de este tipo que acaban teniendo esa forma, relativamente habitual en algunas de las zonas donde abundan los pinsapos. 

Al Sur de este pinsapo está el corazón del parque natural de la Sierra de las Nieves que cuenta con pinsapares como el de La Yedra. En ese entorno escarpado y ya en el término municipal de Parauta se encuentra el pinsapo de La Escalereta, otro árbol singular que no está lejano a la carretera y a un aparcamiento desde el que se puede incorporar el viajero a varias rutas en el entorno de los pinsapares y que no es el único que ver en ese entorno. Este punto de la sierra tiene algunos alojamientos rurales y son lugares de gran altitud frente a la costa Mediterránea. El clima, a menudo con algo de neblina, que ayuda a los pinsapos a resistir las épocas más calurosas también impide de vez en cuando ver una postal preciosa cuando se puede ver el máximo horizonte posible.

Otra zona rica en pinsapos es la Sierra Bermeja. Los últimos incendios que sufrió afectaron a parte de los pinsapos que allí viven, aunque el grueso de los pinsapares pudo salvarse. El Pico de los Reales y el Sendero de los pinsapos se han salvado del fuego, están cerca de la localidades de Estepona y Genalguacil y tienen una imponente situación dominante sobre el mar. En función de la ruta que se escoja de las varias que hay disponibles, las pendientes serán más accesibles o pronunciadas, pero existen opciones para prácticamente todas las intenciones y la gran mayoría de estados físicos.

Más tupido y alejado del mar están los pinsapares en torno a la localidad gaditana de Grazalema. Como en los de la Sierra de las Nieves, existen varias rutas, aparcamientos y lugares para facilitar la visita a estos entornos naturales en los que deben de respetarse las reglas de conservación, tener cuidado con todo lo que implique la más mínima posibilidad de incendio, deterioro o degradación del entorno. Al norte de este pinsapar y no muy lejos de Grazalema está Zahara de la Sierra, un lugar que visitar por su embalse, sus bosques de coníferas y su particular disposición geográfica. Otro lugar único que, además, cuenta con el Jardín del pinsapo

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