La magnífica piscina natural que impone en los límites de Málaga: "Aquí el agua ha jugado un papel protagonista durante siglos"
Un rincón de la Serranía de Ronda que combina historia, naturaleza y paisajes únicos: así es la Charca de la Zúa
La charca andalusí que aún riega huertas y atrae a bañistas en plena Sierra de Grazalema
Las piscinas naturales de Málaga una a una: la más fría, la refrescante, la secreta, la familiar...
La charca de La Zúa, en el municipio malagueño de Cortes de la Frontera, se presenta como uno de los rincones más singulares de la provincia de Málaga. Este enclave natural se sitúa entre dos espacios de altísimo valor ecológico: el Parque Natural de Los Alcornocales y el Parque Natural de la Sierra de Grazalema. Su localización privilegiada, en plena Serranía de Ronda, convierte a esta poza fluvial en un paraje de referencia para quienes buscan paisajes de gran belleza dominados por el agua y la vegetación.
La piscina natural se ubica en el núcleo poblacional de Cañada del Real Tesoro, también conocido como la Estación de Cortes. Su entorno, abrazado por la frondosa vegetación del valle del Guadiaro y con las vías del tren muy próximas, conjuga la esencia rural con la impronta natural. La charca se enmarca entre el cauce del río Guadiaro y la presencia visible del macizo de Líbar al fondo, ofreciendo una estampa de gran armonía paisajística.
El río Guadiaro, alma del paisaje
El río Guadiaro desempeña un papel esencial en la configuración de esta zona. A su paso por la Cañada del Real Tesoro, el río articula el paisaje y da vida a parajes como la charca de La Zúa, que se forma en un represamiento de origen andalusí. Esta infraestructura hidráulica, conocida como zúa, tiene la función de retener el agua para redirigirla a las huertas de la vega mediante una gran acequia que, todavía hoy, conserva su función agrícola.
Este uso ancestral del agua para el riego es una constante en la historia de esta zona del interior malagueño. Durante siglos, las poblaciones que han habitado este territorio han desarrollado sistemas ingeniosos de captación y distribución del agua, adaptados a la orografía y a las necesidades locales. La charca de La Zúa es un testimonio vivo de ese legado, que se mantiene en plena vigencia.
Acceso y entorno
Para llegar hasta este enclave, se debe tomar la A-373 desde el centro de Cortes de la Frontera en dirección a la barriada de Cañada del Real Tesoro. Una vez en el núcleo urbano, se localiza la calle principal, desde la que se desciende por un pequeño callejón —a la altura del número 135— que conduce hasta el mismo cauce del Guadiaro. El acceso está acondicionado con barandillas de madera que guían al visitante hasta la ribera.
La zona de baño es amplia y, salvo algunas franjas, no supera el metro y medio de profundidad. El fondo es mayoritariamente terroso, lo que facilita la estancia en el agua. La explanada que acompaña a la charca se encuentra sombreada por fresnos y otros árboles de ribera, como chopos, eucaliptos y cañas, lo que aporta frescura y resguardo frente al calor del verano. Desde este punto se puede observar con claridad el casco urbano de Cortes de la Frontera, enmarcado por el relieve montañoso de la Serranía.
Detalles a considerar
Aunque el lugar transmite calma y resulta visualmente muy atractivo, es importante tener en cuenta algunas precauciones. Para acceder al interior de la poza hay que salvar el pequeño escalón de la presa, lo que puede requerir cierto equilibrio. A pesar de que existe una cuerda colgada de un fresno para lanzarse al agua, su uso conlleva riesgos, especialmente por la dificultad del acceso y la maniobra que requiere el salto. Además, la vegetación ribereña en algunas zonas es muy densa y puede resultar peligrosa por riesgo de enredamiento.
En los meses de verano, y sobre todo durante los fines de semana, este espacio natural es frecuentado por los vecinos de la zona, que encuentran en La Zúa un lugar idóneo para refrescarse y disfrutar del entorno.
Aunque la charca se sitúa a escasos metros del límite del Parque Natural Sierra de Grazalema, el río Guadiaro actúa como línea divisoria entre los términos municipales de Cortes de la Frontera y Benalauría. Así, La Zúa no solo representa un ejemplo de aprovechamiento histórico del agua, sino también un punto de encuentro entre municipios y espacios naturales protegidos. Todo ello hace de este rincón un lugar de alto valor ecológico, paisajístico e histórico, representativo del patrimonio natural de la provincia de Málaga.
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