8M | Día de la Mujer

Carmela Ramírez: "Ha sido muy importante la integración de la mujer"

Carmela Ramírez en su despacho.

Carmela Ramírez en su despacho. / Javier Flores (Ronda)

Carmela Ramírez, una trabajadora social malagueña, logró hace 30 años romper lo que todavía hoy se considera como un techo de cristal, al lograr acceder a un cargo de dirección dentro de la administración pública.

A pesar de su juventud, tan solo tenía 27 años, fue seleccionada entre los candidatos a ocupar aquel puesto que se encontraba vacante en la centro de mayores de Ronda desde hacía dos años. Por aquel entonces dejar la capital, en la que residía no su familia, y trasladarse al interior era todo un reto que no dudó en aceptar, consciente de que tenía un duro trabajo por delante para relanzar el centro. “Cuando me lo ofrecieron no lo pensé, había aprobado un examen y acepté la oferta”, explica Ramírez.

Tras llegar a Ronda tuvo que comenzar a ejercer la dirección de un centro en el que por aquel entonces la gran mayoría de usuarios eran hombres, algo que asegura que aceptó con normalidad y que superó gracias al “trabajo constante”. “Era muy joven y al principio sí resultó más complicado, me llamaban la niña mientras a mis compañeros les decían Don”, dice Ramírez.

Y es que asegura que lejos de estos inconvenientes o la extrañeza para provocaba en aquellos momentos el que la máxima responsable fuese una mujer joven, el trabajo asegura que se desarrollaba con normalidad y que poco a poco se fue logrando la normalización de una situación que al principio sorprendía.

Además, en este tiempo sostiene que uno de los grandes logros que se han conseguido es la integración de la mujer a la vida social del centro, ya que en unos primeros momentos prácticamente no acudían. “Ahora son parte esencial, participan mucho en todo lo que se realiza”, dice Ramírez, que también reconoce que los hombres han experimentando una importante transformación en su forma de participación y que en unos primeros años se centraba en juegos de entretenimiento. “Ahora ellos también participan en los diferentes talleres que se hacen, ha sido un trabajo importante el que hemos tenido que realizar para conseguir esa transformación”, explica Ramírez.

Un trabajo que reconoce que no siempre fue sencillo y que encontró algunas reticencias en terminados momentos, pero que a lo largo de estos 30 años se fue notando también. “Algunos problemas que se produjeron en el pasado creo que no hubiesen existido si en lugar de mujer hubiese sido un hombre”, afirmó.

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