Más de un centenar de jóvenes malagueños de entre 16 y 29 años participaron ayer en la Feria de Movilidad: Destino Alemania, que acogió la Cámara de Comercio. El objetivo de la misma fue intentar abrir el país teutón a aquellos que no se plantean su futuro en España. Como impulso a esa apuesta por la movilidad laboral, el embajador de Alemania en España, Peter Tempel (Sinzig, 1955), acudió para dar esperanzas a los que fueron con ganas de partir. El diplomático no tuvo dudas para apoyar a la Justicia en el conflicto catalán y para ensalzar la democracia alemana a falta de dos días para unas elecciones en las que la derecha radical entrará en el parlamento.

-Alemania ha recibido en los últimos dos años a cerca de 1,5 millones de refugiados. ¿Necesita aún así mano de obra?

-Bueno, son cosas diferentes. Los refugiados que buscan protección y que tienen derecho a ello tienen que recibir nuestra ayuda. Y es un problema europeo, porque la mayoría de ellos vienen de zonas de conflicto y según las normas internacionales tienen derecho a la protección. Tenemos que ayudarlos durante el tiempo que dure la crisis en sus países. Pero no es una tarea nacional, sino un problema Europeo. Y la demanda en el mercado laboral es otra cosa distinta...

-Lo preguntaba porque la canciller alemana, Angela Merkel, expresó en 2015 [año en el que el país abrió la puerta a casi un millón de exiliados] que una de las ventajas que los refugiados llevarían a Alemania es precisamente su aportación a la economía germana.

-Sí, es cierto. El año 2015 se dio una situación especial, anormal. En este momento tenemos la obligación de ayudar a las víctimas de los conflictos. La situación en el mercado laboral es algo que a pesar de esa situación, tenemos que fortalecer. Tenemos un problema demográfico, y muchos países también, España incluido. Pero eso es un debate muy profundo, y de momento, las consecuencia inmediata es que el país necesita gente para trabajar.

-Este domingo son las elecciones en el país, y los únicos candidatos con opciones son Angela Merkel, de la Unión Demócrata Cristiana (CDU), y Martin Schulz, del Partido Socialdemócrata (SPD). ¿Variará la disposición favorable en movilidad laboral en función del vencedor?

-Lo único que sabemos ahora mismo de las elecciones es lo que nos dicen los sondeos, que dicen que la CDU está en cabeza con una ventaja importante sobre los socialdemócratas, que son los segundos. Nosotros tenemos una tradición de formar gobiernos de coalición y es por eso que después de las elecciones habrá negociaciones, probablemente entre los dos partidos principales, y estoy seguro que en noviembre o diciembre habrá un Gobierno estable con una mayoría en la cámara. En los asuntos europeos o exteriores la situación no va a cambiar mucho. Las discusiones de los partidos principales tratan de asuntos internos como educación, políticas sociales o el mercado laboral. Pero para nuestros socios en Europa, puedo asegurar que tendremos un Gobierno proeuropeo y estable.

-Otro de los partidos que también van a acceder al parlamento este domingo es la formación de derecha populista Alternativa para Alemania (AfD). Desde fuera de las instituciones han conseguido influir bastante en el debate público en el país, sobre todo en asuntos como la política de refugiados. ¿Preocupa que su influencia sea cada vez mayor?

-Los sondeos que conocemos sitúan a AfD con un porcentaje entre el 8% y 10%. Van a entrar seguro y serán un partido de oposición. Los partidos democráticos [en referencia a todos los demás] ya han anunciado que no van a entrar en coalición con ellos y vamos a ver los debates que tenemos después.

-¿A usted personalmente le preocupa esa situación?

-Tenemos una democracia muy estable en Alemania, con libertad de prensa y expresión. Ellos no son la única formación política del país. Pienso realmente que el sistema es fuerte y que los partidos democráticos serán capaces de difundir y llevar a cabo sus ideas y fines políticos. La entrada de AfD en el parlamento no va a cambiar la dirección y el camino europeo de Alemania.

-La cuestión catalana es un asunto interno de España y es por ello que el resto de países son comedidos cuando se trata de hablar de ello, pero la Constitución española es uno de los textos supremos que forman parte del código común de la Unión Europea, y Alemania, como estado miembro, espera su prevalencia en este problema, ¿no?

-Absolutamente. Nuestra posición es que la cuestión catalana, si es que podemos llamarla así, es un asunto interior de España. Pero lo que decimos de manera absolutamente clara es que hay que respetar la Constitución, las leyes y las reglas de la democracia. Es por ello que la Justicia debe ser acatada y hay que aceptar las sentencias de los tribunales constitucionales en democracia. Son las reglas claras del juego democrático y eso lo vamos a apoyar siempre.