El director adjunto de la Comisión Europea en España, Jochen Müller, mantuvo ayer varias reuniones en Málaga para dar a conocer los efectos de la política comunitaria en Andalucía y concedió esta entrevista.

-Andalucía vuelve a estar entre las regiones más pobres de Europa tras captar una inversión de la UE de más de 100.000 millones de euros. ¿Qué piensan en el resto de Europa?

-Es en términos comparativos y no reales. Es algo lógico cuando los países del Este suben bastante su renta por PIB. Si se compara con hace siete años, por ejemplo, las regiones de Polonia o Rumanía eran más pobres y ahora no lo son tanto, por lo que al comparar todos perdemos un poco. Pero en términos reales la evolución sigue siendo muy positiva en Andalucía en los tres o últimos cuatro años.

-Pero Andalucía siempre está en el furgón de cola. ¿Qué se puede hacer?

-El comercio internacional nos parece fundamental. Hemos visto durante la crisis que muchas empresas han salido fuera a buscar otros mercados y les ha ido bien. En España, antes de la crisis, había 90.000 empresas exportadoras y hoy, diez años después, tenemos 150.000. Eso significa que las empresas han encontrado mercado fuera y así pueden resistir mejor. Un ejemplo claro es el de las empresas agroalimentarias, que en los últimos años han aumentado mucho sus exportaciones. El acuerdo comercial con Canadá cumplió un año el viernes pasado y allí hemos visto que frutas y verduras han subido sus ventas a Canadá un 90% en solo un año, en vinos un 18%, en el mango, de lo que hay mucho en Málaga, casi se ha triplicado…

-Pese a eso, Andalucía tiene una de las mayores tasas de paro de Europa.

-Hay que apostar por la diversificación. Se están haciendo cosas importantes con startups.

-¿Cómo está afectando a Europa, España y Andalucía la guerra comercial entre EEUU y China?

-Esta guerra incipiente entre EEUU y China no nos gusta. Pensamos que una globalización bien gestionada basada en reglas y valores es positiva y el proteccionismo no nos gusta.

-¿Por qué?

-Porque significa menos oportunidades para las empresas y precios más altos para los consumidores. Nos parece una vía equivocada del señor Trump, aunque hay que decir que sí tiene razón en algunos análisis. Por ejemplo, en el ámbito del acero y el aluminio el problema es China por la sobreproducción que hacen, ya que merman los beneficios de los demás, bajan los precios e inundan el mercado. Eso no puede ser, pero pensamos que estos temas deben resolverse en la Organización Mundial del Comercio (OMC). No queremos que se impongan aranceles que nos perjudican a todos.

-Europa está en medio. ¿Qué papel está jugando y cómo está negociando tanto con EEUU como con otros mercados?

-Nosotros buscamos socios que compartan valores, estándares y que quieran comercializar. Con comercio libre y los aranceles más bajos posibles. Por eso hemos finalizado acuerdos comerciales en los últimos cinco años con Corea del Sur, Canadá, Vietnam, Singapur, Japón -que entra en vigor en marzo y es un gran acuerdo con el tercer mercado mundial de consumidores-, hemos finalizado un acuerdo con México y estamos en negociaciones con Mercosur, Australia o Nueva Zelanda. Con EEUU compartíamos la idea hasta hace dos años de que el comercio internacional bien gestionado nos iba bien a todos. Por eso negociamos un acuerdo llamado TTIP, pero ni siquiera fuimos capaces de cerrarlo con la administración Obama porque había temas en el tintero donde Europa no estaba dispuesta a cambiar nuestro sistema de seguridad alimentaria, estándares laborales, fitosanitarios o medioambientales. La consecuencia es que Trump puede hacer lo que está haciendo, es decir, imponer aranceles sobre, por ejemplo, la aceituna de mesa, algo que no hubiera sido posible con el TTIP.

-¿Qué está haciendo Europa sobre la aceituna de mesa?

-Ese arancel está claramente injustificado e infundado. Lo estamos combatiendo junto al Gobierno español y la Junta de Andalucía desde noviembre. De momento no tenemos éxito pero no excluimos llevar a EEUU a los tribunales de la OMC por la aceituna negra. En otros temas, desde septiembre lo que estamos haciendo es identificar sectores industriales donde podemos bajar los aranceles a cero en beneficio mutuo. De una amenaza de guerra comercial con EEUU, lo que está haciendo con China, hemos conseguido, de momento, ir a una agenda positiva.

-A Trump le quedan más de dos años de mandato y es un veleta.

-Hay elecciones en noviembre e igual cambia de idea otra vez, pero a ver.

-Otro campo abierto de negociación es el Brexit. Andalucía es, por el peso turístico británico, una de las regiones que están más alerta. ¿En qué situación se está?

-El Brexit, cuando se materialice, va a ser negativo para las dos partes. Lo que intentamos hacer es limitar los daños. Cuanto más cercano estemos en el ámbito comercial a lo que tenemos ahora mejor, pero en Reino Unido también tienen que decidir qué quieren. A nosotros nos gustaría que se quedaran como Noruega, dentro del mercado único pero eso significa que tienen que aceptar las cuatro libertades: de servicios, capitales, bienes y personas. Si eso lo pueden aceptar, encantados porque sería más fácil para todos. Pero parece que no están dispuestos a ello porque la migración ha sido el gran tema de la campaña del Brexit. -Ahora hay políticos que están planteando la posibilidad de volver a votar.

-A ver qué hacen. Eso no depende de nosotros.

-Con tanto nacionalismo e incremento de la ultraderecha ¿peligra el futuro de la UE?

-La UE es todo lo contrario a los nacionalismos. No nos equivoquemos. Fuera de la UE hace mucho frío. Si Italia o cualquier otro país quiere competir fuera solo con otros países… A ver qué acuerdo comercial negocias con China siendo un país de 50 ó 60 millones de habitantes. Cuando tienes 500 millones de habitantes como en la UE se negocia mucho mejor. Los británicos tendrán que negociar 754 acuerdos internacionales cuando salgan de la UE y no es tarea fácil. Juntos somos más fuertes.

-El principal problema de España es el tema catalán. ¿Cómo lo ve?

-Los nacionalismos excluyentes no nos gustan. El independentismo catalán es un tema interno español y no nos metemos, pero sí hemos dicho claramente que cualquier región que sale de un estado miembro sale automáticamente de la UE. Eso está claro.