Una de las víctimas comunes cada vez que hay un temporal de viento es el antiguo balneario de los Baños del Carmen, que sucumbe ante las olas una y otra vez a falta de la construcción de los demandados espigones que protejan al restaurante de la furia del mar. El oleaje de la jornada de este jueves, con registros que superan los tres metros de altura en algunos tramos del día, ha vuelto a penetrar en el complejo, dejándolo completamente anegado.

El agua empezó a entrar en el restaurante esta mañana, cuando vientos sostenidos de 40 kilómetros por hora -con rachas superiores a 70- soplaban en la capital tras la alerta naranja emitida ayer por la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet). Las olas superan con facilidad aún a estas horas el pequeño dique que separa el balneario del mar, trayendo consigo un manto de arena que cubre toda la planta baja del negocio.