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Cassá tensa la cuerda con el PP

  • A ocho meses para las municipales toca sacar las uñas y Ciudadanos se distancia de De la Torre con las plusvalías, Limasa o Urbanismo como arietes

El líder de Ciudadanos en la capital malagueña, Juan Cassá, empezó su mandato hace tres años atacando duramente a Francisco de la Torre para marcar territorio, hacerse respetar y ser conocido por la población. El alcalde ha sido su socio durante todo este tiempo, pero cada uno duerme por separado y tiene sus propios intereses. La legislatura está próxima a su fin, los equipos de los partidos ya están con el chip de precampaña y toca volver a arrear para hacer ver a los queridos votantes que, pese a que han tenido un estable pacto de gobierno desde 2015, aquí nadie es amigo de nadie. El objetivo es ser alcalde en 2019 y las alianzas se rompen con más facilidad. Es el capítulo uno de cualquier manual de política que se precie. Tampoco lo ha tenido difícil Ciudadanos ante los continuos conflictos e indecisiones del alcalde con el tema del Metro, Limasa o la última polémica sobre Urbanismo.

Toca tensar la cuerda, como ha hecho Ciudadanos también en Andalucía. Es lo natural a ocho meses de las municipales. En las últimas semanas se han producido varios desencuentros entre el PP y Ciudadanos que, por ahora, no parece que pudieran desembocar en una ruptura del pacto alcanzado en 2015 pero que deja a las claras que son independientes de cara al electorado. La última fue ayer con las plusvalías. Cassá anunció que presentará alegaciones a la ordenanza fiscal presentada por De la Torre la pasada semana porque reclama que solo se pague el 5% en las herencias de padres a hijos en primera residencia, lo que es el mínimo legal. El portavoz de Ciudadanos, molesto porque el PP fue por libre a la hora de diseñar las tasas para 2019, condicionó su apoyo a esa ordenanza en el Pleno del próximo día 27 a que se incluya ese punto. "Es hora de sacar la mano de los bolsillos de las familias malagueñas. Hablamos de un 2% del presupuesto municipal, del presupuesto municipal de un equipo de gobierno que no dudó en gastar 21 millones de dinero público en el Astoria en plena crisis; o que perdió 7 millones con el Museo de las Gemas, o tiene 160 en convenios urbanísticos sin cobrar", dijo ayer Cassá. Un zasca para dejar claro de nuevo que Ciudadanos no es rehén de nadie, máxime cuando las encuestas a escala nacional auguran un crecimiento de la formación liderada por Albert Rivera. Ayer fue la plusvalía, pero sobre la mesa también ha habido disputas por el modelo de gestión de Limasa o por el conflicto generado con La Casa Invisible, donde el alcalde frenó el desalojo del inmueble municipal y Cassá le culpó de "regalar un edificio inseguro okupado que nos ha costado cuatro millones de euros a los malagueños a gente que entró con patadas en la puerta, que no tributa ni cumple nada". Sin embargo, lo más sonado ha sido el último conflicto sobre Urbanismo pues Ciudadanos denunció el pasado 13 de septiembre a la Fiscalía las supuestas injerencias políticas en el caso Villas del Arenal.

En 2015, recién firmado el pacto entre Ciudadanos y el PP para garantizar la alcaldía de De la Torre, Cassá ya acusó al regidor de "desleal" o de "entorpecer" el proyecto del Metro y se mostró duro en asuntos como Limasa, el hotel de Moneo, Málaga Valley, el Polo Digital o el Instituto Municipal del Libro. "Se está cargando de faltas en el primer cuarto", dijo Cassá sobre De la Torre haciendo un símil de baloncesto. Parece que el alcalde, al final, va a durar todo el partido sin ser expulsado, aunque cada vez va a haber más leña debajo de los aros por parte de todos los jugadores políticos.

Polémicas y críticas aparte, todos saben que están condenados a entenderse. Pero ese es el segundo capítulo del manual de la política. Y se lee a partir de mayo.

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