Entrevista a César Bona

"Hay que cambiar la mirada, la diferencia es un regalo no un inconveniente"

  • Bona apela a la responsabilidad comunitaria para educar porque “la educación empieza en cada uno de nosotros”

  • El maestro ha presentado en Málaga su último libro y participa hoy en el VIII Congreso Mundial por los derechos de la infancia y la adolescencia

César Bona, ayer, en la librería Luces con su última obra 'La emoción de aprender'.

César Bona, ayer, en la librería Luces con su última obra 'La emoción de aprender'. / Javier Albiñana

Tiene claro que volverá a las aulas pero ahora mismo César Bona, nominado como uno de los 50 mejores maestros del mundo según el Global Teacher Prize, se recorre el planeta atesorando experiencias relacionadas con la educación. En la librería Luces presentó ayer su nuevo libro, La emoción de aprender. Hoy participa con una ponencia en el Congreso Mundial por los Derechos de la Infancia y la Adolescencia organizado por la Fundación General de la UMA, el Ayuntamiento de Málaga y la Diputación.

–¿Qué aborda en su nuevo libro?

–Partimos de la base de que tú y y yo somos diferentes. Tú tienes tus sueños, tus inquietudes, tus preocupaciones y yo las mías. Todos llevamos con nosotros expectativas, creencias y prejuicios. Somos seres sociales y es muy importante que recordemos que todo empieza en la educación y la educación empieza en cada uno de nosotros. Es una invitación a cambiar la manera de mirar sabiendo que las diferencias son un regalo y no un inconveniente.

–¿La integración de la diversidad es clave para mejorar?

–No es integrar sino incluir, y que todo el mundo se sienta incluido. Tanto en casa como en la escuela y en la sociedad, todos educamos. Viajo mucho y he tenido la suerte de conocer a muchísimas personas, escuchándolas uno descubre que cada uno tiene una historia dentro y todos tenemos que aprender de todos. Da igual de donde vengas, el género o las capacidades que tengas.

"Se necesita invertir en recursos humanos, si queremos una sociedad mejor hay que empezar en la escuela”

–Para esto hacen falta recursos que no siempre llegan...

–Obviamente si quieres que esto funcione necesitas invertir, sobre todo, en recursos humanos. Si quieres una sociedad mejor tienes que empezar en la escuela. No hay que cambiar solo estructuras sino también, o sobre todo, cambiar la forma en la que miramos.

–¿Por qué ahora es diferente educar?

–Ahora tenemos con nosotros la herramienta de la tecnología y como cualquier cosa se puede usar para bien o para mal. Tenemos que saber usarla de forma responsable y no olvidar la ética. Es un recurso muy interesante, pero la educación como todo en la vida se basa en la interacción de unos con otros, en las relaciones humanas, al fin y al cabo.

–¿Tenemos a los niños social y emocionalmente estresados?

–Esto es reflejo del ritmo de vida que llevamos los adultos. No nos da tiempo de conocernos a nosotros mismos, vamos de lado a lado sin parar y esto es lo que proyectamos. Y los que lo pagan son los más pequeños. Resulta extraño ahora pensar que un niño pueda estar un rato sin hacer nada, parece que tienen que estar continuamente haciendo cosas.

–¿No somos entonces los mejores ejemplos para ellos?

–No digo que seamos o no buenos, sino que simplemente somos ejemplo con cada gesto, con cada palabra, contagiamos nuestras creencias, nuestros prejuicios o nuestras buenas actitudes. Y es muy importante ser consciente de esto. No solo educan las familias y el profesorado, también lo hace quien pone los pies en el asiento del autobús, la jueza que toma ciertas decisiones, el deportista de élite... todos.

–¿Qué es el éxito en la escuela?

–Cada uno diría algo distinto, pero es verdad que cuando preguntas a muchos sobre esto todos coinciden en cosas tremendamente esenciales, que es lo que realmente importa al ser humano. El éxito es algo muy subjetivo, desde ir solo a comprar pan a ser aceptado en un entorno social o conseguir revertir una situación y que a otras personas no les pase.

"Somos ejemplo, con cada gesto, con cada palabra contagiamos creencias, prejuicios o buenas actitudes”

–¿Y el fracaso?

–El sistema hace que, a veces, no nos de tiempo de conocer al alumnado cuando tienen muchas cosas que aportar y que ofrecer. La educación debería de dirigirse a formar seres íntegros y darnos herramientas para la convivencia.

–¿Qué opina de la evaluación a los profesores?

–Cualquier persona que quiera ser maestro debe de saber que es una profesión muy difícil, con una grandísima responsabilidad y a la vez un grandísimo privilegio. Si uno quiere que los niños se preocupen por su entorno social, por la naturaleza, sus docentes han de tener ese compromiso, ser creativos, curiosos, porque los docentes somos líderes. Ayudamos a las familias a educar a sus hijos, fíjate si eso es importante.

–¿Cuáles son los puntos flacos del sistema educativo?

–Yo creo que es interesante la reflexión de qué hacemos, cómo lo hacemos y hacia dónde nos dirigimos. La escuela no es una burbuja, hemos de educar hacia la sociedad y teniendo en cuenta de que el peso debe recaer en cada uno de nosotros.

–¿Sobre qué hablará hoy en el Congreso Mundial por los Derechos de la Infancia?

–Hablaré de la importancia que tiene la educación para cambiar mentes y miradas. Cada día miles de personas sufren algún tipo de discriminación por su etnia, procedencia, aspecto físico u orientación sexual. La misión de todos es cambiar esa tendencia y hacer ver que el respeto es absolutamente esencial para una convivencia pacífica. Hay que educar para la convivencia y para el diálogo.

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