"Tenemos políticas de empleo pasivas que hay que revisar para inducir la búsqueda rápida de trabajo". La reflexión corresponde al consejero ejecutivo del BBVA, José Manuel González-Páramo, que durante unas jornadas sobre los retos de la economía española organizadas ayer por la Fundación Unicaja ofreció distintas claves encaminadas a "contemplar con optimismo" la revolución digital. En este sentido, vaticinó que el empleo del futuro "va a ser más fragmentado" y explicó que las habilidades que se requieren "para triunfar" en la era digital "son menos rutinarias de lo que eran en el pasado" porque esas prácticas, precisó, las lleva mejor a cabo "un robot que uno mismo". Así, "tienen más que ver con la creatividad, con la inteligencia emocional, con el entrenamiento en habilidades cruzadas y con la interacción entre personas". "Hay cosas que los robots nunca harán tan bien como nosotros y hay que identificarlas", afirmó González Páramo, convencido de que la "peor" actitud que debe adoptarse de cara al futuro es la de "dejar los brazos abajo, sin una reacción del sector público y privado".

El también responsable global de economía, regulación y relaciones institucionales de BBVA, además de doctor en Economía por la Universidad de Columbia, Nueva York y por la Complutense de Madrid, se refirió a los "beneficios" que las anteriores transformaciones digitales han originado en el mundo laboral y recalcó que ésta, por ende, "no tiene por qué ser una excepción". "Está en todos los sectores y no es una opción planteable tratar de ponerle obstáculos. Lo que hay que hacer, a la luz de las revoluciones industriales anteriores, es ver hasta qué punto va a cambiar el entorno laboral", señaló.

El experto subrayó asimismo la necesidad de que las compañías "se reinventen" y, de esta forma, evitar "que queden fuera de la economía de las plataformas". "Hace falta invertir pero también que haya un ecosistema favorable a la innovación, es decir, promover la fibra óptica o el buen uso de la nube", citó a modo de ejemplo. Además, recalcó que desde el sector público "hay que incidir mucho en las políticas de empleo y en la educación". "Ni la escuela ni la formacion FP ni tampoco la Universidad forman en habilidades, sino en contenidos". Una formación que, a su juicio, "no contribuye necesariamente al éxito en el mundo digital". "Es mucho mejor que nos formen en la capacidad de reinventarnos y aprender continuamente", destacó el consejero de BBVA, quien defiende que la educación "permanente y continua son una precondición para que quienes ya se han formado puedan seguir reinventándose".

Por su parte, el director de Coyuntura y Economía Internacional de Funcas, Raymond Torres, disertó sobre las razones que explican la elevada tasa de paro que sigue azotando a España y propuso que se impulse "un pacto social con todos los actores implicados", además de "instituciones semipermanentes que podrían ayudar a reducir el paro" en la colocación de las personas que ya están en la inactividad". La idea es que estas instituciones "hagan puente entre la duración limitada de un gobierno y la duración permanente de los problemas de empleo y su solución". Asimismo, el portavoz de Funcas aboga por "asegurar una mayor previsibilidad del derecho laboral" y, de esta forma, otorgarle una "seguridad jurídica" al derecho. Una práctica que ya se ha desarrollado en países como Holanda o Austria, donde la tasa de desempleo apenas roza el 5%. Otro elemento clave "para luchar contra la temporalidad laboral" estriba en "vigilar que no se abuse de situaciones que se están expandiendo con la economía digital", caso de los "falsos independientes, los contratos por un día".

Los servicios públicos de empleo, según Raymond Torres, desempeñan un papel "fundamental" para recolocar a los parados, sobre todo a los de larga duración y otros grupos específicos, al tiempo que destacó como ejemplo algunos países en los que esa recolocación "funciona" y, sin embargo, "falla en España". Al respecto, aludió a "un problema de encaje institucional, porque las prestaciones por desempleo proceden de la caja central y la aplicación de las políticas activas están en manos de las comunidades autónomas". A su juicio, el mercado laboral en España es "muy procíclico; es decir, cuando hay expansión se crea mucho empleo, pero cuando hay recesión se destruye mucho empleo", incidiendo en la influencia de "la alta tasa de temporalidad, que no se ha reducido con las reformas laborales".