Málaga

Coronavirus en Málaga: Los imprescindibles de la tierra y el mar

  • Los agricultores encuentran dificultades para reunir a las cuadrillas

  • Los pescadores no pueden guardar la distancia de seguridad por las propias maniobras

La lonja del puerto pesquero de La Caleta, en pleno estado de alarma.

La lonja del puerto pesquero de La Caleta, en pleno estado de alarma. / M. H.

Cuando todavía no ha amanecido, pescadores como Juan ya están en pie ataviados para hacerle frente a la mar. Ahora también al coronavirus. Lleva mascarillas y guantes pero es difícil mantener la distancia de seguridad en un barco en el que se trabaja en equipo. Codo con codo para extender las redes, para el empleo de aparejos, para sacar las capturas o para cargar las cajas que llegan a la lonja a primera hora de la mañana.

Antonio empieza la jornada un poco después. Hay días que le cuesta trabajo justificar que debe ir al campo para regar o para echar fertilizantes. No es para dar un paseo. De momento, puede hacerlo solo o llevar a otra persona en el coche en el asiento de atrás. El problema lo encuentra para poder desplazar las cuadrillas que requiere para la recolección de algunos cultivos. Junto a ellos, los ganaderos que conforman el sector primario. Ellos son también los esenciales de esta crisis sanitaria. Los que llenan los mercados con los productos frescos básicos para la alimentación.

“Con este estado de alarma se ha demostrado que la alimentación es un sector estratégico en nuestra economía. Espero que las autoridades se hayan dado cuenta que la agricultura, la ganadería y la pesca tienen que ser preferentes en sus políticas”, resaltó el técnico de Asaja en la Axarquía, Benjamín Faulí. “Es importantísimo asegurar la producción nacional. Cualquiera ahora puede imaginar qué hubiese ocurrido si hubiese que traer estos productos desde fuera. La incertidumbre que tuvo la gente al principio habría sido mayor. Hay que plantear nuestros productos, que son garantías de mercado, como una opción de futuro”, expuso el también responsable de Frutas y Verduras de esta asociación en Málaga.

Agricultores en el campo. Agricultores en el campo.

Agricultores en el campo. / M. H.

Una reflexión que comparte Mari Carmen Navas, patrona de la Cofradía de Pescadores de Caleta de Vélez. “Estamos suministrado los mercados de pescado. Se puede encontrar de todo. Estamos dando un servicio para la ciudadanía, y claro que los pescadores tienen miedo. Antes de entrar a su casa se desnudan. Tienen familia, y aunque en alta mar no se pueda coger, entran a diario a puerto”, relató Navas para quien “tan respetables son los armadores que quieren salir como los que no lo hacen para no exponer a su tripulación”.

“Para las embarcaciones de cerco es difícil que pueda cumplir las medidas impuestas por el gobierno. Este tipo de barcos tienen un camarote para todos, por tanto, en caso de contagio no se podrían aislar. El riesgo es constante. Son trabajos de doce horas con maniobras que se hacen de forma conjunta”, explicó la patrona. “Y si alguno se quedase en tierra por la cuarentena las embarcaciones ya no tendrían el número mínimo que exigen las normas de seguridad del mar”, añadió. En el caso de las artes menores está entre dos y tres personas; en las de arrastre entre cuatro y seis y en las de cerco se necesitan entre ocho y doce tripulantes.

Navas explicó que la preocupación de muchos armadores es que habiendo presentado ERTE no saben si se los aprobarán dado que la pesca es considerada “una actividad esencial”. “Por eso muchos salen a la mar. Tienen que pagar sus hipotecas y los gastos que acarrea la pesca sin salir a faenar”, argumentó.

De momento desconoce la facturación perdida porque están cerrando el mes. Sí sabe que de los 150 barcos de la flota malagueña, sólo la mitad están faenando. “Hemos perdido una época muy buena porque nos hemos encontrado sin los compradores directos de la hostelería que son los de mayor valor económico”, agregó la patrona. Así, el número de personas en la lonja ha disminuido considerablemente.

En la agricultura también se han mantenido los precios y las perspectivas de momento son buenas. Hay demanda de naranjas y limones, aunque se observan desfases en cultivos como los tomates y las berenjenas. También tiene ritmo el aguacate al que le queda un mes de cosecha, aunque las dificultades para su transporte a Europa se cobran en tiempo y coste. Al igual que hay dificultades para encontrar cuadrillas para recoger espárragos o habas en la zona norte de la provincia de Málaga.

“La agricultura, no así la ganadería, está aguantando bien, aunque sin duda nos encontramos en una situación de mercado que no es normal. Hay veces que no se sabe por qué hay productos que se venden más”, comentó Faulí quien mostró la necesidad de “regularizar la situación y ofertar ayudas para algunos cultivos que los necesitan”.

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