Descubren chivatos en la sangre del consumo crónico de cocaína y su gravedad

Un biomarcador es una prueba biológica objetiva que sirve para diagnosticar una enfermedad. En el caso de la diabetes, por ejemplo, es la glucemia. Un grupo de investigadores de Málaga, entre otros, ha logrado identificar dos biomarcadores que suponen en paso importante para diagnosticar y tratar la adicción a la cocaína. Uno, delata el consumo de la droga más allá de las primeras horas tras su ingesta. Hasta ahora solo se podía detectar la sustancia hasta un par de días después de consumida, pero no más allá. El biomarcador descubierto permite de forma objetiva –como la glucemia en la diabetes– conocer si un paciente es o ha sido consumidor de cocaína. Otro, permite estimar la gravedad del daño. Como se mide si el azúcar está en 150, 300 o 500.

"Es decir, podemos detectar las huellas del tifón y la severidad del tifón", ha ejemplificado el investigador que ha dirigido el estudio, Fernando Rodríguez Fonseca, del Instituto de Investigación Biomédica de Málaga (Ibima).

¿Y para qué sirve este descubrimiento? Hasta ahora, los médicos que tratan a adictos a la cocaína tienen que diagnosticar por criterios subjetivos de comportamiento. El descubrimiento de los investigadores del Ibima y de otros profesionales de la Red Nacional de Trastornos Adictivos da una herramienta objetiva para el diagnóstico. En su estudio –hecho con 150 consumidores y 100 personas sanas–, los investigadores han demostrado que la cocaína produce alteraciones en ciertas moléculas del plasma. Esas moléculas actúan por tanto como biomarcadores porque "el paso de la cocaína deja una huella indeleble". Las aciletanolamidas son chivatos del consumo y las quimioquinas, de la severidad. Además, se detectan con facilidad, mediante un análisis de sangre. El aporte del descubrimiento es que permite un diagnóstico objetivo y ajustado al nivel de gravedad de la adicción, lo que a su vez posibilita afinar mejor el tratamiento.

El estudio refleja también que dos de cada tres consumidores de cocaína desarrolla un trastorno mental, aunque se desconoce si la droga es la causa o la consecuencia. Los investigadores intentan saber ahora si hay un biomarcador de esas patologías mentales, sean causa (primarias) o consecuencia (inducidas) de la cocaína. La investigación ha sido publicada por la revista Addiction Biology y ha contado con la colaboración del Centro Provincial de Drogodependencias de la Diputación. En 2013, el 3% de los menores de 15 y 16 años ya había consumido cocaína, un dato que refleja la importancia de investigar en este campo.

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