Entrevista | Isabel Vega. Directora en Málaga de la Asociación de personas con lesión medular y otras discapacidades físicas (Aspaym)

“Al sentarte en una silla de ruedas ves lo difícil que es moverse en las ciudades”

  • Esta experta reclama mejoras de accesibilidad en las calles, los edificios o las viviendas para las personas con discapacidad

  • Asegura que aún hace falta mucha más educación vial

Isabel Vega en una de las salas de rehabilitación de Aspaym en Málaga

Isabel Vega en una de las salas de rehabilitación de Aspaym en Málaga / Jesús Mérida (Málaga)

Pese a su juventud, Isabel Vega es una de las mayores conocedoras en la provincia de los problemas humanos y burocráticos asociados a la discapacidad pues lleva siete años trabajando en la delegación malagueña de la Asociación de Personas con Lesión Medular y otras Discapacidades Físicas (Aspaym) y actualmente es su directora.

Están presentes en once comunidades autónomas y cuentan con más de 7.000 asociados, de los que en Málaga son unos 300.

–El pasado lunes hubo un tremendo accidente de tráfico en Málaga con dos fallecidos. ¿Qué siente cuando ve estas noticias?

–Que estamos fallando en algo cuando hay tal cantidad de accidentes de tráfico. Por una parte está la responsabilidad de las administraciones públicas de mantener las carreteras en buen estado y, por otra, la responsabilidad de los ciudadanos de cumplir con las normas de tráfico. Hay que cumplir también con las inspecciones técnicas de los vehículos. Está claro que, en general, se está fallando en seguridad vial porque hay muchos accidentes.

–Málaga, en verano, tiene además más riesgo.

–Claro. La población se duplica y los riesgos son mayores.

–¿Qué hacen en Aspaym?

–Somos una entidad sin ánimo de lucro que trabajamos para mejorar la calidad de vida de personas con lesión medular y otras discapacidades físicas. Este año cumplimos 10 años y llevamos tres en un centro en Teatinos. Tenemos más de 300 asociados en Málaga y provincia a los que ayudamos en todas las cosas que nos demanden, aunque en este centro en sí ofrecemos información y asesoramiento y damos 120 sesiones a la semana de rehabilitación con fisioterapeutas y terapia ocupacional. A este centro acuden más de 60 personas a la semana. También ofrecemos servicios de psicología, programas de asistencia personal, de vacaciones, formación para personas con discapacidad, orientación en el empleo, talleres...

Isabel Vega en su despacho en la sede de Aspaym en Málaga. Isabel Vega en su despacho en la sede de Aspaym en Málaga.

Isabel Vega en su despacho en la sede de Aspaym en Málaga. / Jesús Mérida (Málaga)

–¿Cuántos empleados son?

–Estamos cuatro fisioterapeutas, una terapeuta ocupacional, una psicóloga autónoma y yo como trabajadora social y directora. Aparte tenemos otro centro de fisioterapia en Riogordo.

–¿Por qué en Riogordo en concreto?

–Nos dieron facilidades para el proyecto y además buscamos municipios en los que no se presta ningún servicio. Así quitamos lista de espera de la Seguridad Social y evitamos desplazamientos con unos precios muy económicos porque contamos con el apoyo del ayuntamiento y de la Junta.

–¿Hay mucha carencia de fisioterapeutas en los pueblos del interior de Málaga?

–Sí, por supuesto. Nosotros empezamos con este proyecto el año pasado y queremos que tenga continuidad. No vamos a municipios donde sí haya fisioterapeutas porque no queremos hacer competencia a ningún compañero, sino a donde no haya nadie. Este tipo de proyecto lo empezó Aspaym en Castilla León y se ha hecho también en Granada. En Riogordo tenemos una fisio y una asistente personal para ir a los domicilios.

–¿Hay muchas personas con lesión medular en la provincia de Málaga?

–Sí. La última estadística que tenemos es de 2015, que ya ha llovido, y había 672 personas diagnosticadas y reconocidas por la Junta. Aparte con una discapacidad física hay muchas más.

–Veo que ustedes no atienden solo a personas con lesión medular.

–No. También atendemos a personas con enfermedades raras, distrofia muscular, que han sufrido ictus, espina bífida... Y dentro de las lesiones medulares no todas son causadas lógicamente por accidente de tráfico sino por accidentes laborales, fortuitos, operaciones, tumores en médulas, etcétera.

–¿Ven un aumento de personas con lesión medular?

–Vemos que ha aumentado el número de personas con lesión medular por enfermedad.

Isabel Vega, momentos antes de esta entrevista. Isabel Vega, momentos antes de esta entrevista.

Isabel Vega, momentos antes de esta entrevista. / Jesús Mérida (Málaga)

–¿En qué situación física y anímica llegan las personas a la asociación la primera vez?

–Nuestra idea es que la persona afectada o la familia conozca Aspaym desde que está en el hospital. Hay personas afectadas que están preparadas para hablar sobre qué les ha pasado y otras necesitan un periodo de adaptación y asimilación de su nueva situación. Nuestra idea es ayudar a los servicios públicos. Por ejemplo, en los hospitales no hay psicólogos y nosotros intentamos cubrir ese servicio si nos lo demandan, aunque es verdad que no existe todavía un protocolo donde los profesionales sanitarios conozcan la existencia de entidades de ayuda al paciente.

–¿Falta entonces coordinación entre los médicos del hospital y las asociaciones de ayuda?

–Sí. En lesión medular además es más complicado porque no existe una unidad como tal en Málaga. Los dos sitios de referencia son una unidad en Sevilla y el hospital de parapléjicos de Toledo. En Málaga lo que hay es una unidad para revisiones y la doctora que lo lleva nos suele recomendar a los pacientes. Se da la circunstancia de que cuando el paciente recibe el alta hospitalaria lo asignan como paciente crónico y, al no haber supuestamente mejoría, no le dan rehabilitación. El mantenimiento del estado físico o la adquisición de nuevas habilidades del paciente tiene un periodo largo y si no se le da se queda parado. Aspaym Málaga existe porque las necesidades de las personas con lesión medular no están cubiertas por los servicios públicos.

–¿Tienen mucha lista de espera?

–Sí y va en aumento.

–¿Cómo se puede animar a una persona que se acaba de quedar en silla de ruedas?

–Nosotros lo que intentamos es que se sientan como en casa. Que vean que nos interesamos por ellos, por cubrir sus necesidades de la mejor forma posible. Nos consideramos un equipo de profesionales alegre, que transmitimos positividad y sabemos que cada persona es un mundo. Una persona que se queda en silla de ruedas tiene que aprender a vivir de nuevo y puede hacerlo perfectamente. Es necesario mantener físicamente los músculos y las articulaciones.

–¿Cómo trabajan con los familiares?

–No es fácil saber afrontar la situación. Muchas veces los familiares quieren proteger, cuidar y solucionarle todo lo posible la vida a la persona afectada. Hemos hecho varios talleres para cuidadores. Hay muchas personas que nos dicen que se ofrecen a ayudar a su familiar y que éste se enfada porque dicen que pueden solos... No es fácil para el familiar saber si lo está haciendo bien si insiste en ayudarle o si no. Un proyecto que tenemos en mente es que las familias actúen como tal y no solo como cuidadores, colaborando con profesionales para ayudar al bienestar mental de las familias.

–Si alguien ha tenido un accidente con el resultado de lesión medular u otra discapacidad por su propia culpa. ¿Les afecta más?

–Es muy difícil, desde un punto de vista psicológico, que un paciente transmita un sentimiento de culpa aunque lo pueda tener internamente. Con el tiempo se van abriendo y saben que su experiencia puede ayudar a otras personas. Por ejemplo, tenemos a personas que dan charlas a los niños en los colegios, a adolescentes en institutos, a personas que están en tercer grado por delitos relacionados con la seguridad vial...

Isabel Vega en la entrada de la asociación. Isabel Vega en la entrada de la asociación.

Isabel Vega en la entrada de la asociación. / Jesús Mérida (Málaga)

–¿Qué edad suelen tener las personas que llegan a Aspaym? ¿Hay muchos jóvenes que han sufrido, por ejemplo, accidentes de moto?

–La mayoría de personas que nos llegan por accidentes de moto o coche son de edad temprana. Por suerte no es algo que se vea todos los días. Tenemos un programa de seguridad vial y en los institutos hablamos claramente de las consecuencias de los accidentes de tráfico contando qué les ha pasado a los afectados sin tapujos. No es solo lo que le pueda ocurrir a uno por cometer una infracción, sino que también se puede perjudicar a otras personas.

–¿Cómo reaccionan los jóvenes cuando una persona en silla de ruedas les cuenta qué le pasó?

–Los niños pequeños preguntan mucho y los adolescentes se quedan más cortados. Cuando les dicen a los adolescentes o jóvenes que si beben o van hablando por el móvil, que es muy frecuente ahora, pueden tener un accidente y sufrir una lesión medular, se nota.

–¿Estamos los conductores realmente concienciados de los peligros que hay en la carretera?

–No. Ninguno pensamos que vamos a tener un accidente y nos puede pasar a cualquiera, incluso sin tener la culpa.

–La DGT ha hecho todo tipo de campañas, desde medias hasta muy duras. Pero sigue perdiendo mucha gente la vida en la carretera o tiene secuelas graves.

–Todavía hace falta mucha educación vial. Hay que investigar bien qué pasa y cómo se puede solucionar porque hay muchas cosas que se nos están escapando de las manos.

–¿Podrían ser una solución los vehículos autónomos?

–Ojalá, porque no me gustaría aumentar el número de socios. Ojalá no tuviera que existir Aspaym Málaga.

–En Málaga faltan conexiones ferroviarias en media costa occidental y en toda la oriental. ¿Podría ayudar a que hubiera menos accidentes de tráfico?

–Cualquier proyecto de transporte público, tanto por reducción de accidentes como por cuidado del medio ambiente y por comodidad, es bueno. Pero además tiene que estar adaptado, que es uno de los grandes problemas de este colectivo.

–¿Es muy difícil moverse en silla de ruedas por Málaga?

–Sí. Nosotros siempre animamos a cualquier persona que trabaje en una administración pública en materia de accesibilidad que viva la experiencia, pero no media hora sino un día entero. Unas compañeras y yo nos fuimos un fin de semana fuera de Málaga y estuvimos todo el fin de semana sentadas en una silla de ruedas. Hasta que no te sientas en ella es difícil concienciarte. Son los edificios, el transporte, las calles... Hay calles sin rebajes, ponen farolas y árboles en medio de las aceras y no puedes pasar, los excrementos de los animales se quedan pegados en las ruedas, hay aceras rotas en las que metes una rueda y te caes al suelo... Es verdad que Málaga trabaja por la accesibilidad, aunque queda mucho por solucionar.

–¿Qué otros problemas ve necesario cambiar en Málaga?

–Un tema es el de la vivienda. Los precios están desorbitados y no se adecuan a los salarios existentes. En nuestro colectivo hay que sumarle además que la mayoría de los edificios y de las viviendas no están adaptadas para personas con discapacidad, por lo que la búsqueda de vivienda se complica mucho más. Hay que tener en cuenta que una persona con discapacidad, aunque pueda recibir alguna ayuda, tiene muchos gastos mensuales en rehabilitación, los precios de la ortopedia son muy altos o cuidados. Málaga está en auge, hay mucho turismo y supuestamente se reduce el paro, pero podemos tener un gran problema dentro de unos años.

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