El semestre de vacas gordas en el mercado laboral malagueño, el que suele discurrir entre marzo y agosto por la temporada alta turística, ha terminado. A partir de septiembre lo habitual es que el paro vuelva a crecer de forma mensual hasta febrero con un paréntesis por la campaña navideña. Es un vaivén que se repite año tras año por la estacionalidad turística y que las estadísticas oficiales reflejan a la perfección. Lo importante es saber en qué punto finaliza agosto, la cota desde la que arrancar el duro invierno, porque desde ahí lo normal es que todo sea cuesta arriba en los próximos meses.

Málaga parte de 160.328 parados, un dato positivo en el sentido de que es el mejor desde septiembre de 2009, pero que deja una sensación agridulce porque el desempleo solo descendió en 218 personas en agosto -en agosto de 2015 lo hizo por ejemplo en algo más de un millar de personas y en el de 2014 en 1.300-. Además, la disminución del paro no responde a un crecimiento económico sino simplemente a que se ha reducido de forma notable -en más de 600 personas- el volumen de personas apuntadas que no tenían un empleo anterior. Por aburrimiento, porque vuelven a estudiar, o por el motivo que sea. Lo que está claro es que no se ha generado más empleo ya que el mes pasado se firmaron 12.854 contratos menos y mermó en 825 personas el número de afiliados a la Seguridad Social.

Los datos estadísticos son fundamentales a la hora de estudiar el comportamiento de una economía, pero también hay que leer la letra pequeña. A grandes rasgos Málaga redujo el paro en agosto en 218 personas, un 0,1% menos, hasta contabilizar un total de 160.328 desempleados. Va contracorriente con la media andaluza -donde se elevó en 531 personas- y nacional -con un alza de 14.435 personas-, pero no hay que lanzar las campanas al vuelo por los motivos explicados con anterioridad. Es un espejismo, pues el paro creció el mes pasado en el sector servicios -el motor de la provincia-, la construcción -que está experimentando sus primeros síntomas de recuperación tras años en coma- y la industria. Solo la agricultura, que funciona por campañas, consiguió reducir el número de desempleados.

En el caso de los contratos, en agosto se suscribieron 54.135, un 19% menos que en julio, y como es tendencia, tanto en época de vacas gordas como de vacas flacas, la inmensa mayoría son temporales. En el caso concreto de agosto lo fueron el 94,5%. Respecto a los afiliados a la Seguridad Social, Málaga termina su temporada alta -aunque septiembre también será bueno en el turismo- con 568.361 cotizantes, siendo llamativo el nuevo récord de autónomos, que roza los 110.000, el mayor volumen de Andalucía y uno de los más altos de España.