Málaga se une a la moda del 'do it yourself'
El ahorro económico y la satisfacción de realizar tareas por nosotros mismos impulsan establecimientos donde el cliente se convierte en el propio productor de la actividad


Perderle el miedo y ponerse manos a la obra. Estos son los requisitos principales para aquellos que se atrevan, por ejemplo, a fabricar sus complementos, tejer una colcha nueva o incluso, cambiar el aceite del coche. Actividades para las que normalmente acudimos a un profesional o preferimos comprarlas ya fabricadas, ahora tenemos la posibilidad de poder hacerlas nosotros mismos y a menor precio. Ya no sólo nos atrevemos con el bricolaje en casa o con el montaje de los muebles; es la tendencia del do it yourself, nuestro "hazlo tú mismo" que también ha llegado a Málaga. Ya sea por la creatividad, por la satisfacción de poder hacerlo con nuestras propias manos, por el afán de superación o por probar nuevos experiencias y saber nuestros límites, lo cierto es que en la ciudad proliferan espacios donde realizar distintas actividades que hasta hace algún tiempo eran impensables hacer por cuenta propia.
Uno de estos lugares es el taller Autoservicio del Automóvil, ubicado en el polígono Guadalhorce. En él encontramos diferentes cabinas equipadas con todo lo necesario para pintar el coche, solucionar problemas de mecánica básica o completar el mantenimiento periódico de nuestro vehículo. La idea nace de Carlos Rodríguez, que hace un par de años y viendo que su actividad como mecánico había mermado, decidió "liarse la manta a la cabeza" y emprenderse en esta aventura. Hasta ahora el negocio está tranquilo y la clientela es intermitente. El perfil de usuario es variable, aunque el público es básicamente masculino. "Todavía no he tenido el privilegio de ver a una chica por aquí, ni siquiera cambiando el aceite, que es lo más sencillo que se puede hacer. Estaríamos encantados de atenderla", comenta Carlos sorprendido. El principal beneficio es el ahorro económico. Por ejemplo, cambiar allí el aceite puede salir por unos 25 euros, incluidos todos los materiales y en poco más de 20 minutos. En un taller tardarían mínimo una hora, más el incremento por los productos y la mano de obra. Además, el equipo del Autoservicio del Automóvil ofrece asesoramiento a sus clientes, a fin de fomentar el autoaprendizaje y la capacidad de superación personal. Carlos ve la progresión de algunos usuarios: "A la gente le gusta hacerlo ellos mismos. Antes no sabían ni quitar el tapón del aceite o dónde iban las pastillas de frenos y ahora lo hacen totalmente solos. Invito a cualquiera a que venga a comprobar lo fácil que es".
Los que prefieran experimentar con algo más fácil pueden optar por crear sus propias joyas. Para ello sólo tenemos que visitar establecimientos como El Rincón del Artesano y hacernos con todo lo necesario para realizar nuestros propios diseños, desde pulseras, colgantes, anillos e incluso broches o muñecas. Es una práctica muy de moda, según cuentan los responsables del establecimiento, ya que es algo muy sencillo, los materiales son baratos y el procedimiento es muy simple: la mayoría son nudos, enganches y pegamento. Lo que más gusta de diseñar nuestros propios artículos es que son piezas originales y únicas. "Yo ya no compro nada", asegura Juanita Cristerna, dependienta de la tienda. El establecimiento oferta cursos de unas 6 horas con 5 alumnos cada uno; los más demandados son los de swarovski, fimo, goma eva o cuero. La clientela suele ser fija y se nota la progresión, los usuarios aumentan la dificultad de sus diseños con técnicas más complejas. Juanita destaca la complicidad que se establece con estas creaciones: "Hay quien queda para tomar café y comentar los pasos que han seguido para hacer las pulseras o contar a sus amigas una nueva técnica que ha descubierto en algún tutorial".
Y si somos capaces de pasar a otro nivel, podemos atrevernos incluso a diseñar nuestra propia ropa, una opción válida para gente creativa, con gustos alternativos o que quiera llevar diseños exclusivos. Para ello, Fabric tiene todo lo necesario para que, de la noche a la mañana, adquiramos destreza con la aguja. Estas dos diseñadoras, Victoria y Paloma, tienen un taller donde aprender desde las técnicas más básicas de la costura, como coger unos bajos o pegar un botón, hasta procedimientos más complejos, ya sean cursos de corte y confección o métodos como el patchwork. Todo empezó hace dos años cuando decidieron trabajar juntas en un mismo taller. Los clientes al llegar a la tienda les preguntaban cómo se hacían las cosas, ellas les enseñaban y así surgió Fabric. Ahora están casi más centradas en la labor de formación que en sus propias marcas. Aseguran que su mejor publicidad son las propias alumnas, que salen encantadas de los talleres. "Nosotras trabajamos en lo que más nos gusta, es un lujazo. Encima si lo que dicen de ti son cosas buenas y bonitas mejor todavía; somos unas privilegiadas", comenta Victoria Bellido, una de las propietarias de Fabric.
El perfil no está definido, pero sobre todo son personas que buscan evadirse de la rutina a través de la costura. Hay dos tipos de talleres, monográficos (de unas 4 horas y se llevan el trabajo realizado a casa) y los de larga duración, que requieren más tiempo de aprendizaje. No hace falta tener ningún conocimiento de costura para realizarlos y en el precio vienen incluidos los materiales y una pequeña merienda. "La gente viene por el buen rato que pasa", asegura Paloma Hiles, otra de las socias. Y es que hasta el menos hábil con los hilos puede salir de Fabric con verdaderas obras de arte. "Mucha gente viene sin saber coger una aguja y salen alucinadas de lo que son capaces de hacer. Vemos estos talleres hasta terapéuticos; y luego lo que aprenden son cosas útiles", sentencia Victoria, sorprendida al igual que Paloma de la rápida evolución de los alumnos.
Pero no todas las actividades del do it yourself tienen el mismo nivel de dificultad. A veces no hace falta siquiera que seamos nosotros los que realicemos la tarea, sino que optemos por alternativas al servicio tradicional. Un ejemplo puede ser los autoservicios de lavanderías. Un modelo que quizá relacionemos más con el estilo americano, pero que poco a poco también se va implantando en Málaga, gracias también a la población extranjera que sí está acostumbrada a este servicio. Lavomatic cuenta con más de veinte establecimientos de autolavanderías en toda la provincia, tanto en locales comerciales como en estaciones de servicio Madese, donde, por unos euros, podemos realizar la colada habitual y limpiar y secar otros artículos, como los edredones, las cortinas o la mantelería. La clave del éxito está, según Álvaro Fontes, socio impulsor de Lavomatic, en que la gente aprovecha el ahorro que supone hacerlo uno mimo: "La valoración por ahora es positiva, es un negocio que está creciendo seguramente por la crisis. Es más barato lavar y secar tus artículos aquí que en una tintorería, ahorras en costes". Están abiertas las 24 horas de los 365 días del año y cuentan con espacios para doblar la ropa y área de espera mientras se hace la colada; las lavadoras soportan un volumen máximo de 14 kilos y el coste no supera los 11 euros.
En definitiva, encontramos una amplia variedad de tareas que podemos realizar nosotros mismos, sin necesidad de pagar por ello. Sólo necesitamos animarnos a intentarlo y un poco de ayuda especializada, para comprobar que, quizá, somos más eficientes y autosuficientes de lo que pensamos.
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