El Obispado de Málaga aseguró ayer que han sido robadas de la Catedral siete piezas de los siglos XVIII y XIX y que el pasado jueves puso una denuncia ante la Policía Nacional, cuyo grupo de robos ya está realizando la investigación sin que, por ahora, haya ningún detenido.

En concreto, se han sustraído un cáliz, varios portapaces, portaviáticos y unas vinajeras. Desde el Obispado señalan que "además del valor religioso, estas piezas poseen un gran valor histórico-artístico", a la vez que destacan que se hará una tasación económica en los próximos días, por lo que aún se desconoce cuál podría ser el precio que se podría pagar por esos objetos en el mercado negro.

El robo no se ha producido un día concreto, sino que como apuntaron desde el Cabildo, las sustracciones se han ido produciendo "en los últimos meses". No obstante, ha sido ahora cuando su desaparición ha sido más palpable y por eso el jueves acudieron a la Policía el deán de la Catedral y el delegado del Patrimonio de la Diócesis.

En este momento, se desconoce quién o quiénes realizaron este robo y si todos los objetos han sido sustraídos por una misma persona o por grupos independientes. La Opinión adelantó en su edición de ayer que se había robado un portapaz de plata que estaba guardado en la Sala Capitular y que se especulaba con la posibilidad de que el ladrón tuviera un amplio conocimiento tanto del recinto como de su funcionamiento interno porque la sala está cerrada con una verja y no estaban forzadas las cerraduras de ésta ni de la puerta posterior.

La Catedral no suele ser objeto de robos. De hecho, el último conocido se produjo el 11 de octubre de 2006 y ni siquiera tuvo lugar porque el supuesto delincuente se hirió y no pudo perpetrar el delito. Ese día un joven de 20 años con antecedentes policiales cayó desde 10 metros de altura al interior de la capilla de San Rafael, rompiendo una vidriera, una urna del siglo XVII y parte del retablo.