Están siempre en la calle, expuestos a situaciones límite y en turnos que pueden cambiar a diario. Los agentes de Policía Local del sindicato SIP-AN de Málaga presentaron ayer un estudio realizado en todo el territorio nacional y que demuestra el desgaste físico y psicosocial que conlleva una profesión que, en muchos casos, tiene fecha de caducidad.

El objetivo del estudio, realizado por el doctor en Medicina del Trabajo Javier Sanz, no es otro que plantear con base científica la necesidad de anticipar la jubilación de los agentes a los 55 años.

El informe ha sido elaborado a raíz de 41.684 encuestas a policías sanos de 643 plantillas de toda España, con una media de edad de unos 40 años.

Entre los resultados, destacan los problemas en la zona lumbar y del cuello, así como las alteraciones del sueño y el estrés motivados especialmente por el trabajo a turnos.

Según explicó ayer el secretario general del sindicato en Málaga, José Cruz, "la Policía Local tiene mayores dolencias que los cuerpos de Policía Nacional, Guardia Civil, Bomberos y el Ejército".

Cruz confirmó que casi la mitad de los policías locales ha tenido un accidente en los últimos dos años y que, en el 91% de los casos, estos accidentes han desencadenado una baja médica.

Para el sindicato, el hecho de anticipar la jubilación no es sólo por salvaguardar la salud de los agentes, sino por potenciar la atención al ciudadano. "Sólo el 35% de los agentes podría pasar las pruebas físicas que se requieren para acceder al Cuerpo y éstas no se piden de forma gratuita, sino que esa capacidad física es indispensable para el ejercicio de nuestra labor", dijo Cruz.

Según el sindicato, el primer deterioro funcional arranca a los 40 años y 15 después, su capacidad se encuentra significativamente mermada.