El efecto que la corrupción urbanística destapada en la Costa del Sol y los continuos cambios normativos impulsados por la Junta de Andalucía están teniendo sobre el sector de la construcción es demoledor, según los promotores. El máximo representante de este colectivo, José Prados, aseguró ayer a este periódico que ambas circunstancias han provocado una caída sustancial en la compra de vivienda de segunda residencia por parte de ciudadanos extranjeros, que en 2007 estuvo por encima del 50%.

Prados recordó que si en un año normal el número de viviendas turísticas vendidas ronda las 13.000, el pasado año sólo fue de unas 5.000. "Esto nos ha destrozado por completo", sentenció el presidente de la Asociación de Promotores y Constructores de Málaga. Ante estos datos, subrayó la necesidad de que los compradores recuperen la confianza en la legalidad urbanística. Y a todo ello se suma, según expresó, "el limbo normativo en el que estamos en Andalucía, porque no hay un sólo plan general que esté aprobado".