Málaga

"Pueden ser más problemáticos los hijos de los europeos si se resisten a integrarse"

  • Tres años de estudios sociológicos dirigidos por Alejandro Portes ponen de manifiesto que hasta el 75% de los hijos de inmigrantes quieren a su vez emigrar porque entienden que España no es tierra de oportunidades

El sociólogo de la Universidad de Princeton (Estados Unidos) Alejandro Portes ha estudiado la segunda generación de inmigrantes de Estados Unidos durante 12 años. En 2007 comenzó a analizar también el fenómeno en España. Se ha centrado en 7.000 adolescentes de 14 años de 63 nacionalidades, residentes en Madrid y Barcelona.

-Los hijos de los inmigrantes no se sienten discriminados pero tampoco españoles y además se quieren ir. ¿Qué sucede?

-Buena parte no se sienten aún españoles, sobre todo los que vinieron de niños. Es normal. Se tienden a identificar más con el país de origen de los padres. Sorprendió la cantidad de aquellos que se quieren ir a vivir al exterior, alrededor del 75%, pese a que están siendo educados aquí. Contrariamente a lo que ocurre en Estados Unidos, donde los hijos de los inmigrantes quieren ser americanos.

-¿Por qué esa falta de identificación? ¿No se ve a España como un país de oportunidades?

-El 70% de los nacidos acá sí se consideran españoles, pero aún entre el 50% dice que quiere irse al exterior. ¿A qué se debe? Yo creo que en ninguna manera es un rechazo a la sociedad española, que ven como relativamente igualitaria. Tienden a ver España como un país igualitario pero con falta de oportunidades.

-La precampaña catalana apunta como tendencia que la inmigración ha entrado en el discurso electoral. ¿Cómo analiza ese uso?

-Es un juego de espejos. Se dice una cosa y se hace otra. Por ejemplo en Estados Unidos se acusa mucho a la inmigración mexicana de ser una plaga y de desnacionalizar el país y por otra parte hay una tremenda demanda de empleo en las industrias que necesitan mano de obra de bajo costo. Los políticos juegan a agitar ese juego de espejos pero no reflejan la realidad en el país. La realidad de la inmigración la refleja mejor el comportamiento de los propios flujos migratorios. No hay nadie que sepa más de dónde ir que los propios inmigrantes. Por ejemplo, en Estados Unidos la inmigración indocumentada se ha frenado completamente, prácticamente ha llegado a cero, simplemente porque no hay trabajo.

-Francia expulsa a inmigrantes europeos de origen rumano y la canciller alemana acaba de decir que la multiculturalidad ha sido un fracaso. ¿En qué punto está España?

-No presenta en este momento una situación de crisis en términos de la incorporación de los inmigrantes y sobre todo de sus hijos, porque no ha adoptado un modelo de asimilación dura ni tampoco un modelo de promoción de la multiculturalidad. Ambos han tenido experiencias negativas. En España como no hay ningún modelo integracionista, sino una cierta permisividad, no se ha dado lo que en sociología llamamos identidades reactivas entre los adolescentes. No hay guetos y no hay movilizaciones juveniles de oposición a la sociedad presente.

-Durante 12 años ha estudiado la segunda generación inmigrante en Estados Unidos. ¿Son aplicables las conclusiones a España?

-Se puede hacer una hipótesis. Por ejemplo, nuestro estudio dio lugar a un modelo teórico llamado de asimilación segmentada. Encontramos que en la segunda generación había dos sendas de asimilación de los extranjeros. Una llevaba al ascenso a la clase media y alta, mientras asimilaba a los sectores inferiores de la sociedad. La pregunta entonces era no si había o no asimilación, sino a qué sectores de la sociedad se asimilan los inmigrantes, según la generación. Unos se asimilan a través del sistema escolar y ascienden masivamente y otros no y esa diferencia está segmentada por su nacionalidad.

-¡Ah! ¿Sí?

-Entre los que experimentan la asimilación más exitosa están los hijos de los asiáticos, cubanos y argentinos. Y en el otro extremo, entre los que experimentan la asimilación más problemática nos encontramos hijos de mexicano, haitianos, hamaicanos...

-¿Por qué esas diferencias?

-No es por nacionalidad, sino porque la inmigración de determinados países tiene mayor nivel de educación y son mejor recibidos en Estados Unidos. Por ejemplo la mayor parte de los inmigrantes mexicanos son campesinos y se asimilan a clases sociales más modestas. Incluso existe la opción de las pandillas y de la vida de la droga, o sea, que cabe la posibilidad de una asimilación desviante y de ir a parar a la cárcel, como vimos en nuestra muestra que para los 24 años, la proporción de chinos americanos presos era cero, pero entre los méxico-americanos era del 20%.

-¿Aquí también se da?

-Una de las preguntas que nos hacíamos acá es si existe esa bifurcación por razón de la formación de los padres. Vamos a tratar de seguir la muestra y volverlos a entrevistar. La edad promedio de nuestro estudio en España fueron 14 años y queremos ver si podemos hacer la segunda entrevista a los 17 años. Entonces se podrán empezar a ver tendencias y detectar si se da ese tipo de segmentación o no.

-En Málaga, por otra parte, los británicos son un colectivo muy importante.

-En término de identificación a futuro pueden ser más problemático los hijos de los europeos del norte si se resisten a esa identificación porque vivirán en una especie de burbuja y ni se integrarán ni contribuirán a la sociedad.

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