Recuerdos borrados a golpe de láser
Los centros ofrecen tratamientos de láser para eliminar los tattoos El dolor del proceso no impide que continúen buscando nuevos diseños





''Para toda la vida" es una expresión que atemoriza a muchas personas, más aún cuando se utiliza para marcar tu cuerpo. La industria de los tatuajes está viendo como a la vez que aumenta el número de clientes que acude a los estudios a raíz del boom de esta moda también hay otros que optan por hacer lo contrario y buscan clínicas para eliminar de sus anatomías cualquier marca del pasado.
Nombres o símbolos que recuerdan a las ex parejas, tatuajes de la cárcel o el ejército, tribales que pasaron de moda, ángeles, demonios o los conejitos de Playboy son algunos de los errores por los que más gente acude a estos centros. Borrar por completo cualquier tatuaje no es tarea fácil ni indolora y el proceso puede tardar meses e incluso un año dependiendo del tamaño del tatuaje y del color de la tinta. Jonatan Huerta Soler, propietario de One Love Tattoo, explica que cuando un dibujo es muy claro con tres sesiones puede ser suficiente para que la piel vuelva a estar casi como al principio aunque siempre queda una pequeña marca a modo de "antojo", pero si se trata del amarillo o tonos que lo incluyan el tratamiento conllevaría más tiempo.
El método llevado a cabo para quitar estos signos son sesiones de láser de aproximadamente diez o veinte minutos cada una y que han de aplicarse cada 45 días teniendo en cuenta que la zona afectada no se puede exponer durante el proceso ni al sol, el agua del mar o el cloro de la piscina y es bueno mantenerla siempre hidratada con cremas específicas para ello.
Uno de los principales motivos por los que ahora algunas personas se están borrando estos dibujos es porque el Ministerio de Defensa especificó que para poder acceder a cualquiera de los cuerpos que forman las Fuerzas Armadas no puede ser visible ningún tatuaje cuando se vista con los uniformes. En el caso de los varones no se podrían llevar desde el codo hasta la mano y desde el cuello hasta la cabeza y para las mujeres se incluirían, además, las piernas. También hay quien ya ha pertenecido al Ejército y acude a los centros para borrar lo que en el pasado se hicieron. Luis Rodríguez lleva al frente de su empresa, Érase Tattoo, cuatro años y explica que hay clientes que llegan a quitarse hasta cuatro tatuajes, grandes y pequeños, que se hicieron siendo más jóvenes y perteneciendo a la tropa.
Las ganas por seguir decorando el cuerpo con dibujos de tinta no se pierden pese al dolor que provocan las sesiones de láser, y mientras recuperan los espacios en su anatomía ya están pensando en el próximo tattoo. Noemí Chaves apenas tenía 12 años cuando se hizo su primer tatuaje y confiesa que fue un impulso que hizo sin pensar y que cada vez que lo veía le resultaba tan feo que parecía "la carretera de Cártama". El abdomen es la zona donde se está aplicando el tratamiento y es una de las más dolorosas junto con el costal y las caderas. Esos minutos de sufrimiento no son suficientes para desanimarla en la búsqueda del próximo diseño a plasmar en su piel.
Jonatan además de ser él mismo el que aplica las sesiones de láser en su estudio está sometiéndose a la eliminación de varios tatuajes que quiere que sigan perteneciendo al pasado y no sean parte de su futuro. Desde su experiencia a ambos lados del proceso afirma que durante las citas se ha encontrado de todo, gente que se queja más por el dolor y otros que lo llevan mejor aunque suelen coincidir todos en que quitarse un tatuaje siempre es más doloroso que hacérselo aunque el tiempo empleado en la eliminación sea menor.
El precio por cada sesión aplicada varía en función del centro al que se acuda y el tamaño del tatuaje pero suele situarse entre los 50 y los 200 euros.
También te puede interesar