La SGAE inspecciona bares del centro para cobrar por la tele

Las cuotas por tener un televisor, al margen del uso que se haga de él, se aproximan a los 25 euros al mes · La única alternativa legal a pagar el canon es retirar el aparato

José Juan Bermúdez y un cliente ayer por la tarde en el bar con la tele apagada.
José Juan Bermúdez y un cliente ayer por la tarde en el bar con la tele apagada.

La Sociedad General de Autores (SGAE) ha iniciado una campaña de inspecciones en Málaga para detectar los bares y restaurantes que tienen televisión y no cobran las preceptivas cuotas a este ente que gestiona la propiedad intelectual. El delegado de zona, Juan de Eraso, ha visitado esta semana locales del centro de la ciudad para advertir a sus responsables que el canon es obligatorio y que sólo tienen dos opciones: retirar el televisor o abonar las tarifas. En caso contrario amenazan con acudir a los tribunales y requerir la intervención de los aparatos.

José Juan Bermúdez y Juan Carlos Merchán, socios del bar La Tostá, en la Alameda de Colón, están que trinan. "Subieron el IVA, después el IRPF, ahora viene otro subidón de IVA y, para completar los de la SGAE".

El delegado de la Sociedad de Autores les informó que por tener la televisión en su local deberán pagar cada mes 22 euros más IVA, es decir algo más de 300 euros al año.

Juan Carlos Merchán aclara que la televisión es un accesorio muy secundario en su bar donde se sirven fundamentalmente desayunos y almuerzos a una clientela compuesta sobre todo por empleados que trabajan en el centro. "Los sábados a medio día cerramos. Aquí la gente no viene, por ejemplo a ver el fútbol. Para nosotros la tele no supone ni más ni menos negocio".

¿Solución? "La quito y ya no sólo por el dinero, sino por coraje". Lo que Juan Carlos Merchán no entiende es que "tenga que pagar dos veces. Porque en el bar lo que se pone es Televisión Española que ya pagamos todos los ciudadanos, para ver el Telediario a medio día y un rato por las mañana". Y ayer, mientras atendía a la clientela junto a sus socio y tres empleados, un parroquiano le atizaba el fuego: "Claro, después de lo de Tedy Bautista está claro que necesitan recaudar dinero".

La visita de la SGAE a La Tostá tuvo lugar entre las 12:00 y 12:05 del miércoles pasado. Hacía menos de un cuarto de hora que el delegado de zona de la Sociedad de Autores había inspeccionado el restaurante La Orden, en el pasaje de Valencia, donde la tarifa por tener un televisor sube hasta los 24 euros al mes más IVA, es decir, unos 360 euros al año. La televisión en La Orden ni siquiera está colocada para que pueda seguirla toda la clientela, apenas si alcanza un pequeño grupo de mesas y la zona de la barra. "La pusimos fundamentalmente por nosotros, para pasar los ratos muertos que tenemos", aclara Daniel Carrio. Ante la disyuntiva que le plantea la SGAE no alberga dudas: "La quito, me la llevo. Es vergonzoso que con todo lo que ha pasado ahora vengan a recaudar a los negocios".

La única alternativa a pagar las correspondientes cuotas pasa por retirar el aparato. Aún en el caso de que no se encendiera nunca, su simple existencia en el local genera obligaciones con los autores. Después está la resistencia. En el bar Colón mantienen desde hace años un largo pulso con la Sociedad General de Autores. Los empresarios se niegan a abonar el canon "y ahí estamos, liados con ellos, que nos amenazan con embargar", dice Miguel Ángel Alba quien recuerda que hace unos años precintaron la televisión y el equipo de música de un local cercano ya cerrado.

Rafael Coronado, detrás de la barra del restaurante Coronado, en la Alameda de Colón, se pregunta sin hallar respuesta por qué él no sólo paga a la SGAE más de 60 euros al trimestre, sino también otros más de 20 euros a la Agedi, organización que gestiona las cuotas por utilizar música grabada.

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