Treinta empresas se disputan un negocio de 48 millones de euros correspondientes al servicio de comedor durante cuatro cursos escolares de 128 colegios de Málaga. En estos centros almuerzan durante el periodo lectivo 16.115 niños de los 51.000 que reciben la comida cada día en alguno de los centros educativos públicos de la provincia.

De los 48 millones de euros previstos para el periodo comprendido entre 2017 y 2021 (la adjudicación se realiza por dos años prorrogables), la Junta de Andalucía aporta 30 millones de euros a través de las bonificaciones a las que tienen derecho las familias en función de sus rentas. Los 18 millones restantes corresponden al coste del menú escolar (4,38 euros) que pagan aquellas otras cuyas rentas no les permiten acceder a subvenciones.

De acuerdo con el presupuesto de licitación, Educación aporta el 60% del coste global del menú escolar de los estudiantes que asisten a colegios públicos desde la etapa Infantil hasta Secundaria. No obstante, en siete contratos que agrupan a 37 colegios el importe que procede de la Administración representa más del 70% del coste total. Se trata de centros ubicados tanto en barrios de clase media de Málaga como en municipios rurales del interior.

De hecho, solo hay cinco contratos en los que las familias asumen más de la mitad del coste del menú escolar. Se trata de 17 centros de los que tres están en Teatinos, cinco en Marbella, tres en Estepona, dos en Nerja y el resto se distribuyen entre Vélez, Torremolinos y Fuengirola.

La licitación del almuerzo escolar en los centros educativos tiene la particularidad de que se ofrece por lotes. Es decir, un único contrato agrupa varios centros de un área o comarca, de modo que en cada caso se preste servicio en torno a medio millar de alumnos. La Consejería de Educación sacó a concurso en mayo 129 contratos correspondientes a 551 colegios de toda Andalucía, de los que 33 corresponden a la provincia de Málaga. Otra singularidad de esta licitación reside en que el precio del almuerzo está preestablecido en 4,38 euros para todos los niños que almuerzan en los centros públicos, reciban o no bonificación.

En este sentido, el negocio está muy tasado. Las condiciones técnicas del concurso incluso establecen el beneficio neto previsto para los próximos cuatro cursos, que está determinado en 3,8 millones de euros.

Es decir, estos 16.115 estudiantes consumirán hasta junio del año 2021 un total de 11,4 menús escolares. El beneficio neto para las empresas se sitúa en 33 céntimos de euro por día y alumno.

Las 30 empresas que se han presentado al concurso para hacerse con el servicio han tenido la opción de formular ofertas por un máximo de 18 lotes, exigencia con la que se ha pretendido poner un tope a la expansión de las grandes compañías y facilitar el acceso de pequeñas y medianas empresas al negocio.

Entre los criterios que se tienen en cuenta en esta ocasión para adjudicar los contratos figuran cuestiones como las condiciones laborales de los monitores que se ocupan de atender el comedor escolar, tratando de que cubra la totalidad del horario máximo de servicio, es decir desde las 14:00 hasta las 16:00.

También figura entre las circunstancias que mejoran las opciones de los candidatos la proximidad de las cocinas centrales de los centros escolares a atender, la cantidad de alimentos ecológicos que se comprometen a incluir en los menús, la disminución del plazo que las familias tienen para avisar de ausencias en el comedor y la mejora de la ratio de cuidadores, establecida actualmente en un mínimo de un monitor por cada 15 comensales en Infantil de segundo ciclo, uno por cada 25 en Primaria, y uno por cada 35 en Secundaria Obligatoria.

Por otra parte, las empresas adjudicatarias están obligadas a remitir con un mes de antelación los menús que se van a servir a la Agencia Pública Andaluza de Contratación. A partir de ahí, entra en juego también el Servicio Andaluz de Salud (SAS) que se ocupa de valorar los contenidos nutricionales de las propuestas, vigilando, por ejemplo, la presencia de verdura y fruta fresca a diario, el uso de aceite virgen de oliva, que haya más pescado que carne y que se limite el uso de fritos y precocinados.