Málaga

Universidad de Málaga: Estudiantes al otro lado de la cámara

  • La UMA cuenta con más de 37.000 alumnos matriculados en unas 6.000 asignaturas al año

  • Pasar de la docencia presencial a la telemática en unos días no ha sido fácil pero sí posible

Una de las sesiones virtuales del profesor Francisco Javier Paniagua.

Una de las sesiones virtuales del profesor Francisco Javier Paniagua.

La huelga de limpieza lo aceleró todo cuando ya se le empezaban a ver las orejas al lobo del coronavirus. Casi de un día para otro la Universidad de Málaga tuvo que pasar de la docencia presencial a la telemática con más de 37.000 alumnos matriculados que cursan unas 6.000 asignaturas al año. “Con ese volumen ha habido absolutamente de todo”, reconoce el vicerrector de Estudiantes, Francisco Murillo.

Pero subraya que “el profesorado ha hecho un esfuerzo extraordinario y el alumno también”. Para Murillo ha supuesto “una transición casi instantánea en la que ha habido algún problema aunque en una situación tan extraordinaria todo ha funcionado mucho más que razonablemente bien”.

Aunque para poder llevar a cabo la docencia se ha requerido que el estudiante esté al otro lado de la cámara, conectado desde sus casas o lugares de confinamiento. “El alumnado demanda su derecho a la privacidad y eso lo comprendemos perfectamente, y vamos a actuar para preservarlo”, comenta el vicerrector de Estudiantes.

Aunque esto “hay que conjugarlo con la identificación de los estudiantes en ciertas situaciones como es el desarrollo de los exámenes telématicos”, agrega Murillo y subraya que “aún no hemos entrado en normas de protocolo para la docencia virtual”.

"El alumnado demanda su derecho a la privacidad y eso lo comprendemos, hay que conjugarlo con su identificación en situaciones como los exámenes telemáticos"

Para el vicerrector “en un cambio tan enorme en estilos de docencia y aprendizaje surge alguna irregularidad, algún problema y debemos admitirlos, aunque todos han asumido esta transición con absoluta responsabilidad”.

También destaca Murillo que los recursos tecnológicos que disponía el Campus Virtual “han soportado perfectamente el incremento magnífico que ha supuesto en el número de usuarios de esta herramienta”. No obstante, no existe herramienta que pueda sustituir la importancia de la presencialidad, también en la enseñanza superior, considera el vicerrector.

Francisco Javier Paniagua, profesor de Periodismo

Francisco Javier Paniagua, profesor de Comunicación Institucional y Corporativa en el departamento de Periodismo ha tenido en este semestre a 109 alumnos en dos turnos, mañana y tarde, además de seis Erasmus. “La primera semana fue estresante, nos mandaron a casa un nueves por la tarde y el lunes había que improvisar”, recuerda.

Decidió usar Google Meet “porque me parecía más cómodo y había leído que la herramienta del Campus Virtual iba un poco lenta por estar todos conectados”, comenta Paniagua, que ha dado clases en directo a cada grupo a su hora.

"La gran mayoría no encencía la cámara en clase, les daba pánico que alguno se dedicara a jugar con su imagen"

“La segunda decisión que tomé fue crear un canal de Telegram para comunicarme con los alumnos sobre cosas inmediatas, poner enlaces, resolver dudas, decir algo que se había quedado pendiente, etcétera”, comenta. Whatsapp y Twitter también sirvieron para la comunicación con el grupo.

También mantuvo el trabajo en grupo habitual, hacer un plan de comunicación a las startup del Polo Digital. Correo electrónico, teléfono y redes sociales les han facilitado la tarea. “Estoy alucinado con las presentaciones que han hecho, se han esforzado más todavía, con sol y playa quizás no hubieran sido iguales los trabajos”, destaca el docente.

Eso sí, a la hora de ponerse frente a la cámara, “la gran mayoría no la encendía en clase, utilizaba el chat, poco a poco fueron usando el audio y la cámara sólo en las tutorías”, comenta Paniagua. “A todos les daba un poco de pánico que alguno se dedicara a jugar con su imagen, estaban muy preocupados por que le hicieran un meme, muy precavidos con eso”, agrega.

Subraya el docente que los alumnos han extremado las precauciones, “nadie se ha dejado el micro abierto ni la cámara grababa nada incorrecto”. Aunque eso no quita que haya pasado por detrás algún familiar en ropa cómoda o que se haya escuchado el ladrido del perro.

Carmen Mata, profesora de Italiano

Carmen Mata imparte Lengua y Cultura Italiana en el grado y de Traducción de Literatura Infantil y Juvenil en el máster. De ambas asignaturas ha tenido docencia este semestre. “Mi experiencia ha sido muy positiva y han colaborado mucho, quienes no tenían las herramientas se las han buscado”, explica la profesora, que ha utilizado Zoom para dar clases virtuales en directo.

"Al principio estaban más cortados, pero se han ido soltando, se han hecho muy bien con esta fórmula"

“La plataforma permite grabar las clases, así que las subía a Dropbox, una ventaja con respecto a una clase presencial para quien no había podido asistir o para los que querían volverlas a ver”, indica Mata. También apunta que realizó los exámenes por Teams, por Skype o por videoconferencia. “Todos han hecho examen oral y escrito y la media no ha sido inferior a cuando las clases eran presenciales”, afirma la profesora de italiano.

En las conexiones “ha habido gatos cruzándose por delante de la pantalla y perros ladrando, al principio estaban más cortados, luego se han soltado, me contaban que se acababan de levantar o que estaban en casa de su abuela. Se han hecho muy bien con esta fórmula”, considera la docente.

Además de las clases, han estado los trabajos de fin de grado, las tutorías virtuales, las reuniones de consejo de departamento. “Esto ha supuesto cuestionarme la presencialidad, aunque está claro que falta la parte humana, estar con ellos, ese feed back, las caras que no se ven y no puedes estar tan encima”, comenta la profesora de la UMA.

“Pero salvando esto, las clases de mis asignaturas de este semestre se han podido llevar a cabo de esta manera”. El próximo curso, sin embargo, imparte Interpretación. “Esta se hace en cabina y exige más medios técnicos, me las tengo que ingeniar por su acaso se da de forma telemática”, señala.

Para los docente, el cambio de modelo ha supuesto un aprendizaje y un reto. “Siempre intento aprender del alumnado y este año aún más”, comenta Francisco Javier Paniagua. Para Carmen Mata, que ha tenido alumnos hasta de Vietnam, la educación a distancia no es nueva. “Usaba ya el Campus Virtual a principios del 2000, me muevo bien en este terreno, esto ha sido un paso más pero no un salto enorme”, asegura. Los alumnos, también han tenido que hacer un esfuerzo que, quizás, tenga que continuar el curso que viene.

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