La cárcel de Alhaurín de la Torre superó ayer el tope de los 2.000 internos, barrera histórica que no se alcanzaba desde hace más de diez años, según datos revelados ayer por la sección sindical de UGT. La repentina llegada durante las tres últimas noches de 30 personas acusadas por el conocido como timo nigeriano ha presionado aún más el desbordado centro penitenciario que tiene capacidad para 900 personas. Alhaurín de la Torre se ha convertido en una olla a presión. La semana pasada, los sindicatos ya hacían saltar las alarmas porque contaban 1.967 internos.

Los detenidos de nacionalidad nigeriana han tenido que ser ingresados en el módulo de menores y la prisión improvisa desde hoy traslados de presos a otras cárceles para descongestionar la de Alhaurín de la Torre.

Entre los imputados por la estafa que podría haberse apropiado de 27 millones a unas 1.500 personas, los funcionarios de la prisión han reconocido a varios que ya fueron detenidos en la conocida como Operación Nilo, que el pasado año 2005 se saldó con 310 detenidos, y que aún se encuentra en fase de instrucción.

Los sindicatos han manifestado su preocupación porque con la sobreocupación también se disparan los roces, las jerarquías y la conflictividad de los internos.

A esta situación se une otra inquietante consecuencia. Los sindicatos CCOO, Acaip y UGT creen que Instituciones Penitenciarias viene "relajando" los requisitos para acceder al tercer grado y a los trabajos en beneficios a la comunidad para aliviar las módulos, donde ya conviven en cada uno más de 130 personas a cargo de sólo dos funcionarios.

Desde CCOO, incluso, se avanza que existe una instrucción interna en este sentido. Este diario no ha podido acceder al documento, pero las cifras lo corroboran. En menos de cinco años, la población de la antigua prisión de Cruz de Humilladero, que absorbe hoy el tercer grado penitenciario (régimen por el que el interno sólo acude a prisión a dormir) ha pasado de unas 50 personas a más de 350, según defienden desde Acaip.

También se han duplicado en un sólo año y cuadruplicado en dos, los presos que cumplen condena en libertad, pero sometidos a control telemático, pasando de los 40 de 2007 a los 83 que este año disfrutan de esta opción. Con un aparato colocado en la pierna, los funcionarios vigilan desde el ordenador la ubicación exacta del prisionero.

Chema López, el portavoz de CCOO en la prisión, explica que actualmente hay casi 900 personas que cumplen condena en la calle: más de 300 que ya disfrutan del tercer grado penitenciario y otras 500 que se encuentran en libertad condicional. Este diario ha intentado contrastar estos datos con la dirección de la cárcel de Alhaurín de la Torre y con Instituciones Penitenciarias sin éxito.

De momento, la cárcel se 'beneficia' del tapón de condenas por ejecutar que padecen los juzgados de lo Penal, aunque este respiro puede tener los días contados. La Administración ya ha anunciado su disposición a ponerse al día en ejecutorias.