Hay cosas que nunca cambian y la procesión del Resucitado, que organiza la propia Agrupación de Cofradías que preside Rafael Recio, cada año da la nota por sistema, da igual quien presida su comisión, desde el pasado año lo hace Juan Partal, hermano mayor del Cautivo, que no obstante ha mejorado la imagen global. Ayer las hermandades aguantaron el tipo, en Méndez Nuñez la única ausencia era El Rico; el trono del Cristo mejoró su imagen con un cuidado exorno y con la recuperación de un sepulcro, como antiguamente aunque entonces también procesionaban varios romanos dormidos, como el Señor obra de José Capuz. Pero la Virgen procesionó de forma impresentable, sin ninguna vela de su candelería derecha, una estampa impropia de cualquier procesión y menos de una comitiva en la que están representadas todas las cofradías agrupadas.

La buena noticia fue la puesta en escena del trono del Señor. A falta de unas nuevas andas, parece complicado sacarle más partido. A pie de calle la recuperación del sepulcro generó debate. La mayoría mostró su agrado, aunque hubo quien matizó que la losa debería de ser redonda, como reflejan los Evangelios. Además, el trono lució un monte de claveles rojos con unos discretos centros de rosas rojas en sus esquinas y laterales, y piñas con las mismas rosas en las ánforas. Fue acompañado por la nueva banda de cornetas de Jesús Cautivo, mientras que Fusionadas tocó en cruz guía, al contrario de lo que se había anunciado inicialmente.

La Virgen –muy bien llevada por sus hombres de tronos– lució bonita de flores. En las jarras lució rosas en tonalidades pasteles y en las ánforas laterales, piñas de distintas especies y colores, dispuestas con gusto. De mal gusto fue la candelería, que Partal justificó por el mal estado de los candeleros. Respecto a la cruceta musical, este año se volvió a abusar de las marchas dedicadas a la Trinidad, esta vez no en cantidad, pero sí por tocarse en momentos claves. Así, Coronación de la Trinidad (Molero) sonó en la tribuna oficial y en la de los pobres. La Reina de los Cielos sigue sin identidad musical propia, depende de la comisión. El resto de la cruceta fue manifiestamente mejorable. Véase las últimas cinco marchas con las que se despidió la Semana Santa de Málaga: La Macarena, Caridad del Guadalquivir, Callejuelas de la O (las tres de Paco Lola), Esperanza de Triana Coronada (José Albero) y Coronación de la Macarena (Pedro Braña). Más allá de su calidad, discutible en los primeros casos, el componente simbólico cuenta. Saquen sus conclusiones.