Málaga

Cómo convertir algas en biocombustible desde Málaga

  • El grupo de investigación dirigido por Félix López Figueroa que estudia un alga invasora en las costas de Andalucía está dentro del 0,4% que ha conseguido 320.000 euros

Imagen del alga invasora

Imagen del alga invasora / Fernando Alarcón, Equilibrio Marino (Maro)

El Instituto de Biotecnología Azul (IBYDA) de la Universidad de Málaga se fundó en 2019 con la intención de investigar sobre los procesos biológicos y tecnológicos que permitan reducir la producción de residuos y el aprovechamiento de los mismos a su vez. Buscando este objetivo, uno de los 21 grupos de investigación que conforman el instituto, ha conseguido situarse entre el 0,4% de los que más presupuesto han conseguido en el Plan Nacional de Investigación, al habérseles otorgado 320.000 euros para su proyecto ‘Investigación interdisciplinar para una gestión azul del alga exótica invasora Rugulopteryx okamurae en el Mediterráneo (BLUEMARO)’; que consiguió una evaluación de 95.6/100 puntos.

Para estudiar el aprovechamiento de residuos, hacen acuaponía, sistemas cerrados de peces y plantas en los que los peces nutren a las plantas de manera que se reduce la cantidad de nutrientes que puede salir del medio. También hay grupos de cosmecéutica, es decir, desarrollan productos que además de beneficiar a la estética de la piel, tienen propiedades beneficiosas para la salud. También hay grupos que estudian energías renovables. IBYDA es un centro transdisciplinar que acoge desde biólogos a economistas y profesores de Derecho pasando por ingenieros para conseguir que la investigación en Ciencia, Tecnología y Sociedad (CTS) y Desarrollo Azul sea más útil a la sociedad frente a los grandes retos medioambientales trabajando de forma cooperativa y transdisciplinar.

Por ejemplo, uno de los proyectos de investigación llevados a la práctica de este instituto es el que tiene que ver con la gestión de los purines en la zona de Guadalteba. Ahora mismo los están usando como fertilizante, pero al hacerlo en mucha cantidad “están contaminando las aguas subterráneas”, asegura Félix López Figueroa, director del centro. Por eso están buscando sistemas que filtren ese agua mediante algas para no contaminar el suelo.

Otro de los proyectos del IBYDA es la obtención de biocombustible mediante biorefinería. “De la biomasa sobrante al producir cosmecéutica estamos obteniendo un bioestimulante para mejorar la productividad de las plantas sin necesidad de usar químicos ni fertilizantes”, afirma López Figueroa. Después de todo esto, esa biomasa se usa para biocompostaje, “de manera que se aprovecha todo, nada acaba como deshecho”.

Entre otras materias, el Instituto investiga sobre biocombustibles y cosmecéutica

En este sentido mira el proyecto que les han concedido en el Plan Nacional de Investigación para estudiar el alga invasora Rugulopteryx. Este estudio tiene tres niveles diferenciados. Primero hay un nivel de observación oceanográfica para conocer los condicionantes por los que se ha asentado esta invasión “de manera tan exagerada, ya que a nivel mundial no se tiene referencia de una invasión tan agresiva”, como la de este alga, asegura López Figueroa.

Esta especie llegó en el agua de lastre de los barcos en 2015 y ahora ocupa toda la costa desde Cádiz a Almería y “según los modelos puede seguir subiendo y ocupar toda la costa mediterránea”, teme el director del instituto.

La segunda parte es una investigación de fisiología de “cómo responde a las superficies ambientales, ya que este alga vive entre los 40 y los 20 metros bajo la superficie”, confirma López Figueroa. Esta es una planta a la que no se le conoce depredadores y que ya ocupa toda la zona del Estrecho de Gibraltar, según afirma el investigador. De esta manera están estudiando la relación con otras especies y con qué herbívoros podría convivir.

La última de las patas en las que se asienta este proyecto de investigación es la de la biotecnología. Es decir, estudiar los compuestos bioactivos de la especie para evaluar posibles usos de la misma y “ya se están encontrando moléculas de gran interés como los fucoidanos, que son moléculas con capacidad antiviral”, asegura López Figueroa.

Otro de los compuestos de este alga invasora son los algidanos, que se usan en la industria alimentaria. De esta manera las dos líneas en las que se centra esta última investigación son la cosmecéutica y el biocombustible.

Este alga no sólo genera problemas a la biodiversidad marina, sino que por su gran extensión y su capacidad de moverse largas distancias por el espacio marino está afectando a pescadores, ya que se queda en sus redes y al sector turístico. Una vez este alga llega a la costa se queda varada en la arena manchando las playas y siendo incómoda para los visitantes, no sólo por su simple presencia como por los olores e insectos que atrae y la dificultad para el baño que supone cuando está cerca de la línea arenosa.

Interior del IBYMA Interior del IBYMA

Interior del IBYMA / M. H. (Málaga)

La Junta de Andalucía ya ha tomado cartas en el asunto para coordinar los distintos grupos de estudio sobre este alga, de manera que todas las investigaciones acerca de este alga se coordinen y así se pueda avanzar más rápido. En este sentido el IBYDA, que sigue relacionado a la Universidad de Málaga desde que se crease en 2019, Está en trámites para convertirse en Instituto Andaluz, lo que le convertiría en la referencia de la comunidad autónoma en este área.

Este Instituto, por su propia razón de existir y al coordinar diferentes áreas de estudio “cosa que no es habitual”, señala su director, es un punto de partida ideal para avanzar más rápido en el estudio y el desarrollo de la Economía Azul y en pos de mantener la biodiversidad y el medioambiente.

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