Ya se ha dado el pistoletazo de salida para la creación de un huerto urbano y un parque frutal en las instalaciones de la UMA. Durante la mañana de este jueves se ha celebrado el acto de colocación de la primera piedra del proyecto, que se ubicará entre Bulevar Louis Pasteur, la Avenida Blas Infante y la calle Jiménez Fraud, junto al Aulario Rosa Gálvez y que iniciará las obras el próximo 30 de julio. Este contará con espacios como un parque infantil, zonas de descanso o un puente colgante, aunque el “el punto fuerte” será la parte sensorial, tal y como ha detallado su arquitecto, Alberto García Marín.

El proyecto se desarrollará en una parcela de unos 22.000 metros cuadrados que se dedicarán a cuatro usos predominantes, con un huerto ecológico, dedicado a la producción agrícola y al autoconsumo; un huerto participativo, enfocado tanto a residentes como a los estudiantes; un huerto de I+D+i para la investigación y docencia y uno de los más particulares, un huerto sensorial abierto y adaptado a todo el público que pretende ser potenciador de los sentidos y que contará con sendas y microclimas.

Así, la variedad de ambientes naturales corresponderán a un estímulo sensorial diferente o incluso varios a la vez y se distribuirán en cuatro zonas: espacio con color, espacio sonoro, espacio con textura y espacio con sabor integrando la vegetación.

Alberto García ha explicado cómo han basado la construcción de este espacio sensorial a través de una gran diversidad de especies, aprovechando las cualidades de las mismas, por ejemplo, con la fijación de árboles de gran capacidad de absorción acústica y de C02 a modo de barrera sonora junto a los espacios limítrofes a la autovía.

“Con toda esta combinación hemos utilizado una geometría orgánica que permita recorrer el espacio con diferentes jerarquías de sendas, unas más sensoriales y otras más directas de comunicación de manera que se puedan vivir todos esos espacios de una manera única”, ha declarado. Además, otros elementos particulares serán unas pequeñas estancias interiores de unos 30 metros cuadrados que generan microclimas y microbosques o un puente colgante que cruzará el Arroyo Zapatero y que tendrá una libertad de movimiento que permitirá tocar las copas de los árboles.

La creación de este espacio se enmarca dentro del sistema de Sendas Verdes planteado por el vicerrectorado de Smart Campus y sigue las líneas estratégicas de este, basadas en el desarrollo sostenible y la apuesta por el desarrollo de la comunidad universitaria integrando las TIC y la naturaleza, así como a todo el entorno universitario.

En este sentido, la vicerrectora de Smart Campus, Raquel Barco, ha querido resaltar que es un proyecto con el que se ha intentando construir la Universidad “arriba a abajo”: “No queremos construir el campus únicamente con empresas externas, sino que queremos que la comunidad universitaria esté implicada de manera que lo viva y lo sienta como algo suyo y además lo diseñe”. De esta forma, el proyecto ha contado con la participación de profesores de diversas áreas, entre ellas, ciencias y geología, y de estudiantes de arquitectura.

La delegada territorial de Empleo, Formación, Trabajo Autónomo, Economía, Conocimiento, Empresas y Universidad, Carmen Sánchez, ha querido mostrar su agradecimiento por formar parte de un proyecto que “aúna sostenibilidad, cultura medioambiental, innovación e investigación” y ha recalcado el horizonte común que comparte con la Universidad de Málaga, basado en “transformar vocaciones en profesiones” y “conseguir un mercado laboral para los malagueños”.

Por su parte, el rector de la UMA, José Ángel Narváez, ha calificado el proyecto como una apuesta “original y abierta a todos”, más allá de la comunidad universitaria, y ha recordado el poder de la formación para transformar la sociedad y afrontar los retos de futuro.