Málaga

Cuatro años después de la irrupción del Covid en Málaga: El mal recuerdo de la pandemia

La Unidad Militar de Emergencias (UME), en Vialia, el 16 de marzo de 2020 realizando labores de desinfección.

La Unidad Militar de Emergencias (UME), en Vialia, el 16 de marzo de 2020 realizando labores de desinfección. / Javier Albiñana

Daba miedo ver las calles vacías por el confinamiento y un puñado de efectivos de la Unidad Militar de Emergencias (UME) embutidos en sus EPI blancos para hacer labores de desinfección. Aunque parecía una película de ciencia ficción era bien real. Ocurrió el 16 de marzo de 2020, en Vialia. 

Eran los tiempos en los que se buscaban respiradores y mascarillas debajo de las piedras, en los que no había vacuna para el virus llegado de Wuhan, en los que el miedo cundía, en los que los sanitarios luchaban a brazo partido contra un patógeno desconocido y en los que la gente salía a los balcones para aplaudirlos. De aquello hace apenas cuatro años, pero parece un siglo. Afortunadamente, la pandemia no es ahora más que un mal recuerdo. Una pesadilla que dejó más de 3.000 muertos y de 320.000 contagiados. Ya el Covid es un patógeno más. De hecho, esta temporada invernal ha habido más hospitalizaciones por gripe que por coronavirus.

Pero hubo un tiempo en el que los bares tuvieron que cerrar, que no había discotecas, que los hospitales convertían sus cafeterías en zonas para poner camas y que muchas personas perdían a sus seres queridos sin poder despedirse porque estaban aislados en una UCI debido al maldito virus.

Uno de los primeros pacientes ingresados en el Hospital Regional. Uno de los primeros pacientes ingresados en el Hospital Regional.

Uno de los primeros pacientes ingresados en el Hospital Regional. / M. H.

Como regalo de Navidad de 2020, llegaron a Málaga las primeras vacunas anticovid. La primera dosis se puso el 27 de diciembre de ese año. Los malagueños incorporaron a su lenguaje la palabra vacunódromo, como el que se montó en el Palacio de Ferias y llegó a inmunizar a dos mil personas por día. Y aprendieron que a fuerza de pinchazos contra el SARS-CoV-2, un día se alcanzaría la inmunidad de grupo. Y empezaron a respirar cuando ya había tanta gente vacunada que el virus podía circular mucho menos. Se levantaron las restricciones y la gente saboreó el sencillo, pero gran disfrute de tomar un café en una terraza, como antes; de abrazar sin cortapisas a sus familiares en las residencias, de verse las caras sin mascarillas...

Cuatro años después, el jefe de Neumología del Hospital Clínico, José Luis Velasco, bromea cuando se le pregunta si ya se acabó la pandemia:“No llevo la bola de cristal a mano”. Pero luego tranquiliza ante el interrogante de si el coronarivus podría repuntar:“Lo más inmediato es que no”.

Velasco dirigió la especialidad más directamente implicada con la patología en el hospital de Andalucía que más pacientes ingresados tuvo por Covid. El Clínico llegó a tener más de 250 enfermos a la vez hospitalizados por este germen en el primer trimestre de 2021, los peores momentos de la pandemia a efectos asistenciales, cuando la vacunación apenas había arrancado, no había inmunidad de grupo y se pagaban las consecuencias de cierto alivio en las restricciones de las fiestas navideñas de 2020. “En este momento no tenemos ningún ingresado con Covid”, compara Velasco con alivio. Añade que la situación lleva normalizada “desde hace más de un año”. Además, resalta que, desde hace tiempo, los enfermos hospitalizados que tienen coronavirus, lo están con Covid y no por Covid. “Son pacientes crónicos de otras enfermedades que están coinfectados con Covid”, aclara.

Precisa que ahora, la situación es de “normalidad” y destaca que afortunadamente, “no se tienen que destinar recursos extraordinarios” para afrontar este patógeno, como ocurrió durante la pandemia. Porque ese fue el problema: que los medios tanto humanos, como materiales y de infraestructuras tuvieron que destinarse en gran medida a combatirla, lo que obligó a posponer la asistencia menos urgente, tensionó hasta el colapso al sistema y hasta la extenuación a los profesionales.

Velasco admite que los sanitarios están “a la expectativa para los siguientes años” postpandemia y acota que mientras la gripe y el virus respiratorio sincitial (VRS) circulan en los meses de frío, “no está tan definido” el comportamiento del Covid, que no es estacional como el de esas otras dos infecciones respiratorias.

El neumólogo explica que “un virus suele entrar con fuerza cuando es desconocido por el sistema inmune” y que por eso este patógeno puso el mundo patas arribas. Destaca que la vacunación fue clave para contener su transmisión y que, sumada a la menor virulencia del patógeno, hizo que las aguas se fueran calmando. Porque ahora no sólo hay menos contagiados con Covid. Los que están infectados también presentan menos gravedad. A tal punto, que los ingresados suelen estar hospitalizados por otras patologías; o sea, con coronavirus, no por coronavirus.

Aunque parece lejana en el tiempo, la pandemia ocurrió hace apenas cuatro años. Pero mejor olvidarla. Lo que los sanitarios dicen que debe recordarse es la importancia de la vacunación, la mascarilla y la higiene de manos. Lo que ellos llaman la lección de la pandemia.

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