XII edición de Andalucía management

Las empresas deben acelerar para ser digitales y sostenibles

Foto de familia de premiados, organizadores y patrocinadores

Foto de familia de premiados, organizadores y patrocinadores

Andalucía Management, el mayor encuentro de directivos del sur de España, celebró esta semana su edición número doce. Más de 500 dirigentes de empresas se dieron cita en un encuentro que sirve de guía para conocer, primero, por dónde va el mundo y, segundo, qué tienen que hacer las compañías para amoldarse a los tiempos que corren y ser competitivas.

Para cumplir estos objetivos, ponentes de primer nivel en muy diferentes ámbitos expusieron los retos del futuro, condicionados en gran parte por la pandemia del coronavirus. Quedó claro, por ejemplo, que la digitalización ya no es una opción, sino una obligación y casi una necesidad de supervivencia; que el shock de la crisis sanitaria ha acelerado la tendencia de las empresas a ser más sostenibles.

El consumidor, cada vez más, exige compañías comprometidas con el medio ambiente y con la comunidad (clientes, proveedores, entorno territorial, inversores, accionistas, etc.), y también transparentes. Las empresas que no tengan una estrategia destinada a ese fin serán penalizadas y, por tanto, sostenibilidad y competitividad estarán indisolublemente unidas.

Quedó claro, también, que el capital humano de las empresas será esencial en el futuro y que las firmas deberán preocuparse por que los trabajadores compartan y difundan sus valores. Ante la escasez de talento digital –fundamental para afrontar los nuevos tiempos– los directivos deberán preocuparse por mirar dentro y reciclar a los empleados capaces que tienen.

Las compañías necesitan también abordar una transformación permanente. El Covid ha demostrado lo vulnerables que somos y lo incierto del futuro, y las firmas deben tener la flexibilidad necesaria para transformar si es preciso su modelo productivo, fuentes de financiación, gobierno corporativo o equipos de dirección con el objetivo de encontrar la competitividad necesaria.

Estas fueron las cuestiones abordadas por Silvia Leal, divulgadora científica y experta internacional en tendencias de futuro y tecnología; Socorro Fernández, consejera independiente y presidente ejecutiva de OFG Telecomunicaciones; y Antonio Vázquez, ex presidente de International Airlines Group (IAG).

Los directivos aprovechan un descanso para departir Los directivos aprovechan un descanso para departir

Los directivos aprovechan un descanso para departir / Javier Albiñana

Otros ponentes se dedicaron más a analizar no tanto la empresa en sí como el contexto, fundamental para que los directivos se puedan anticipar a las tendencias. Fue el caso de Juan Ramón Rallo, economista con una fuerte presencia en medios y conocido por su ideología liberal. Rallo hizo girar su discurso sobre la inflación, el factor que va a determinar el devenir económico del mundo. Si los cuellos de botella que propician la subida de precios (las dificultades de la industria para producir lo que demanda el mundo) desaparecen, entonces la inflación se desinflará y el crecimiento será sólido (con permiso de la evolución de la pandemia). Si, por el contrario, el alza de precios se prolonga en el tiempo entonces los trabajadores reclamarán subidas salariales –ya sucede en algunos sectores– y esto empujará a su vez la inflación al alza. Una espiral peligrosa ante la que los bancos centrales tendrán dos opciones. La primera es retirar estímulos y subir tipos de interés, lo que frenará el crecimiento pero también controlará la inflación. La otra es seguir considerando que la subida de precios es temporal y no hacer nada. En ese caso, la situación se descontrolará y estaremos ante una tensión inflacionaria como la que se produjo en los 70, la crisis del petróleo. Sería el peor escenario posible.

Josep Piqué, ex ministro, economista y empresario, abordó la situación geopolítica y se refirió, específicamente, a una cuestión que va a condicionar el futuro, y no solo en lo político: la creciente tensión entre China y Estados Unidos. Piqué explicó que el gigante asiático hace cada vez más explícita una política exterior expansiva, cuyo objetivo es la hegemonía económica y militar en la región Asia-Pacífico. En ese objetivo, choca con Estados Unidos, que no quiere perder su influencia en la zona y que ha propiciado alianzas conIndia, Australia y Japón para contener ese expansionismo. Esa pugna va a condicionar el mundo, porque va a separar tecnológica y comercialmente a las dos grandes potencias, y eso llevará, por ejemplo, a la relocalización de empresas y obtener recursos por parte de Occidente en otros lugares que no sean China. Esa pugna China-EEUU –que tiene a Taiwan como el punto rojo de tensión militar– propicia que Europa pierda relevancia, ya que la Administración Biden concentra sus esfuerzos estratégicos en el Pacífico. Para Piqué, solo avanzar en la integración política –con una única política exterior y de defensa– conducirá a una Unión Europea con una voz fuerte en el mundo.

Francisco Cabrera, director de Andalucía Management Francisco Cabrera, director de Andalucía Management

Francisco Cabrera, director de Andalucía Management

Otro ex ministro, Jordi Sevilla –ahora director del Área Contexto Económico de Llorente y Cuenca– dio otra voz de alerta en Andalucía Management. Para él, el mundo no es lo suficientemente consciente de dos fenómenos que avanzan a una gran velocidad: el cambio climático y la inteligencia artificial. Su aceleración descontrolada, según él, puede conducir en el primer caso a la desaparición de entornos turísticos como el de la Costa del Sol (puso ese ejemplo) y a la aparición de millones de inmigrantes climáticos; en el segundo, la fuerza de los algoritmos puede llevar a un mundo donde no quepan los humanos y al desplazamiento a los márgenes de millones de trabajadores.

Sevilla abogó por abordar ya, con urgencia, estos problemas, pero cree que el mundo va lento. Los países, por un lado, no cumplen con los objetivos climáticos y, por otro, avanzan de forma insuficiente (en el caso de la UE algo más) en la necesidad de controlar el comercio de datos o diseñar una carta de derechos digitales.

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