Víctor Resco | Ingeniero forestal

"Los incendios de sexta generación son inabordables"

Víctor Resco, catedrático y profesor de Ingeniería Forestal.

Víctor Resco, catedrático y profesor de Ingeniería Forestal. / M. H.

A lo largo de la historia, el paso de las generaciones por los entornos rurales ha provocado un cambio en el paisaje. Unas alteraciones de los diferentes elementos forestales que también ha tenido consecuencias en las catástrofes que allí han sucedido. Víctor Resco, ingeniero forestal, explica cuáles son las características que presenta el fuego que desde el miércoles por la noche ataca Sierra Bermeja. 

-¿Qué es un incendio de sexta generación y en qué se diferencia de los otros que se han vivido con anterioridad?

Se trata de un incendio que quema con tanta intensidad que crea su propio ambiente de fuego y meteorología. Se caracteriza por la presencia de un pirocúmulo (nube de humo y cenizas). La intensidad del fuego es de tal magnitud que crea unas tormentas que pueden llegar a generar descargas eléctricas. En los últimos años se ha producido una concatenación de casos de sexta generación, lo cual es insólito

-¿Cómo han sido estos incendios que se han vivido en el pasado más reciente?

El primero con pirocúmulos importante en la península se produjo en junio de 2017, en Pedrógão Grande (Portugal) y fallecieron 67 personas. Existen otros casos documentados con anterioridad, pero eran más raros de ver. Sin embargo, desde ese año en adelante estamos viendo una tendencia creciente donde estos fuegos son cada vez más comunes. En lo que llevamos de 2021 hemos visto uno en Navalcruz (Ávila) y Santa Coloma de Queralt (Tarragona). La reiteración de estos eventos es realmente inaudita en España.

-¿Cómo hay que actuar una vez que ya se ha producido el fuego?

Lo prioritario es que evacuar, vigilar por la salud de las personas e intentar proteger aquellas áreas de especial interés como los pueblos, infraestructuras o parajes singulares en caso de haber. Pero estos incendios son inabordables, así que lo principal es la seguridad de las personas. No se puede contener, tan solo frenar los focos secundarios, o flancos laterales, que pueda haber. La cabeza del incendio está quemando con gran intensidad y no se puede hacer nada. 

-¿Qué pasos se deberían haber dado con anterioridad?

La forma de actuar contra estos incendios es evitar que se produzcan, creando una estructura de paisaje que no sea propensa a sufrir estas grandes llamas. Esta situación se debe principalmente al abandono rural, ya que crea un combustible vegetal muy grande  que se reseca por culpa del cambio climático. Necesitamos revertir estos procesos. 

-¿Hacia dónde deben ir los trabajos de prevención en el futuro?

Evitar concentraciones de combustible tan elevada: esa masa forestal verde, que algunos ven tan bonito, es un polvorín que puede estallar en cualquier momento. Esto se puede revertir con las medidas de mitigación del cambio climático; si en lugar de calentarnos usando gases con efecto invernadero usamos biomasa, y en vez de construir con hormigón usamos madera, podemos disminuir la huella de CO2 y, al mismo tiempo, financiar estas tareas de prevención de incendios. De esta forma se podrían gestionar los bosques y disminuir su carga de combustible. 

-La serranía de Málaga ha sido una zona especialmente castigada por las llamas en estos últimos 50 años, ¿hay algún factor concreto que explique esta concentración?

Las zonas que arden son más propensas a volver a quemarse. En ocasiones se produce un ciclo de retroalimentación que provoca que la vegetación vuelva a ser más inflamable y aumente la probabilidad de sufrir un incendio. Ocurre mucho con la vegetación mediterránea, porque las especies están adaptadas a los incendios y se regeneran con mucha intensidad. Si no se hace ninguna gestión, tienes una carga de combustible muy elevada que, de secarse, puede volver a arder. 

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