Maratón de donación

“Los jóvenes somos el futuro y todos tenemos que donar sangre"

  • Sanitarios consideran necesario que se produzca un relevo generacional por parte de los usuarios

Varios donantes ayer durante la maratón en el Ayuntamiento

Varios donantes ayer durante la maratón en el Ayuntamiento / Javier Albiñana

“El día que cumplí los 18 años fui a donar. Tenía mucha ilusión por hacerlo”. Desde entonces ha acudido en hasta seis ocasiones. Javier Campo fue uno de los usuarios que este martes ha respondido a la llamada que hizo el Centro de Transfusiones de Málaga para desarrollar la undécima edición de la Maratón de Donación de Sangre, que tuvo lugar en el Patio de Banderas del Ayuntamiento. Allí, mientras se reponía junto a su hermana con la ingesta de líquidos y algún dulce, lanzaba una advertencia: “Los jóvenes somos el futuro y todos tenemos que empezar a donar”.

Con ese propósito, recordaba que él mismo se encargó hace algún tiempo de convencer a sus amigos para que acudieran a donar y, de esta forma, aportar su “granito de arena”. “Siempre les digo que el día de mañana lo pueden necesitar ellos, por un accidente o una operación”, expresaba Javier.

El escaso porcentaje de personas que rondan los 20 años y están dispuestas a donar es, precisamente, el talón de Aquiles del Centro de Transfusión. Carlos de los Ríos, uno de los casi 30 enfermeros que ayer se ocupaban de las tareas de recepción, reconocimiento médico, donación de sangre y donación de plasma, reconocía lo necesario del relevo generacional en esta materia. “Los que llenan las neveras de sangre de Málaga no son jóvenes. Se acercan a los 35 años. La gente con menos años no termina de relevar al donante”, detallaba el profesional. El máximo está en los 65. Tampoco pueden donar aquellos que pesen menos de 50 kilos. El resto de la información está disponible en www.donantes.malaga.org.

Muchos de los que este martes, pese a la lluvia, acudieron al Ayuntamiento eran donantes habituales que ya conocían el proceso. Otros suelen hacerlo tras haber sufrido una experiencia dramática vivida en primera persona o por algún familiar. Y los hay que se deciden “por probar”. “Sé que estoy contribuyendo a ayudar y ésta es la forma más fácil. No somos conscientes de lo que podemos llegar a hacer”, manifestaba Paula Ortíz, una universitaria.

Entre otros, también se sumaron a la iniciativa los agentes pertenecientes al Grupo Operativo de Apoyo (GOA) de la Policía Local. Rafael, uno de los mandos y donante desde el año 85, recalcaba que si algún día él fuera uno de los que necesita sangre “estaría muy agradecido de que se invirtieran los papeles”. Los agentes ya se movilizaron cuando el padre de uno de ellos sufrió un accidente. 

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