Más de la mitad de las localidades malagueñas están confinadas o con la actividad no esencial cerrada, incluida la capital. Así se trata parar la tercera ola del coronvirus que está siendo devastadora en la provincia. De momento, cinco municipios de Málaga han logrado rebajar las medidas.

La última semana de enero ha sido especialmente trágica, con más de 8.000 nuevos casos de coronavirus, la presión hospitalaria sigue aumentando y los fallecidos superan ya el millar desde el inicio de la pandemia. La Junta de Andalucía está analizando los datos diariamente y cada semana se reúne con el comité de expertos para decidir nuevos marcos de actuación, endurecer o aliviar las restricciones en las diferentes provincias y municipios.

En Málaga, quedan 74 localidades afectadas por estas medidas, y son cinco las que han conseguido salir de ese listado en el que se incluyen Casares, Ojén, Cortes de la Frontera, Genalguacil, Benaoján y Jubrique (con cierre de la actividad no esencial), además de Cómpeta y Guaro (con cierre perimetral).

Salares, Sayalonga y Canillas de Albaida, todos ellos pequeños municipios de la comarca de la Axarquía, fueron los primeros en mejorar sus datos y poner fin el lunes al cierre perimetral, tras haber reducido la tasa de incidencia del Covid por debajo de los 500 casos por cada 100.000 habitantes. En el caso de Salares, tenía además los bares y comercios no esenciales cerrados, pues superaba la incidencia de los 1.000 contagios. Ahora, está a cero.

A estos tres se unen, desde este miércoles 3 de febrero, Alozaina y Carratraca, que también podrán levantar su cierre perimetral después de mejorar los datos de contagios.

Curioso es el caso de Gaucín, que este pasado lunes había logrado levantar las restricciones, y que ahora deberá volver al cierre perimetral tras subir de nuevo su incidencia.