Guarden sus camisas hawaianas y su pasaporte, deshagan sus maletas y , sobre todo, no sean tan alarmistas, pero ya estamos en septiembre. “Ya contamos los días que faltan para las vacaciones de verano de 2020”, decían dos recién llegados de sus vacaciones en Londres. Las gafas de sol no ocultaban las caras de desánimo por volver a la rutina y dejar atrás esas “increíbles” vacaciones que tanto tiempo llevaban esperando. Una imagen que contrasta con el aluvión de turistas radiantes a principios de julio. El pasado fin de semana, del aeropuerto de Málaga-Costa del Sol llegaron y salieron más de 1.800 vuelos.

En uno de esos viajes llegaban Silvia Martínez y Pedro Parra, dos granadinos que han pasado dos semanas recorriendo el norte de España: “Con el fresco y lo bien que hemos estado por allí arriba y ahora a trabajar”. Además, sienten que “no nos va a dar tiempo a recuperarnos, solo pensamos en tumbarnos en el sofá”, pero aún tenían que coger un autobús hasta Motril, donde residen.

La familia Cortés ya cuenta “los días para el verano de 2020”, aseguró uno de los más jóvenes. Sin embargo, su madre señalaba que “con tanto jaleo estábamos deseando llegar ya”. En total, viajaron juntos 11 miembros de la misma familia, entre ellos cinco menores, que se pusieron de acuerdo para disfrutar de Londres, pero que ayer tomaron su billete de vuelta a Málaga.

El aeródromo recibe este lunes 447 vuelos con más de 77.000 pasajeros

Tomás Ortiz ha estado seis días en Toulouse, Lyon y París con su pareja y sus tres hijos: “Hemos llevado a los críos a Disney y ahora volvemos a la realidad”. En cuanto a la rutina, confesó que incluso tiene ganas de que empiece porque “un mes más de verano y me vuelvo loco”.

A tres jóvenes sevillanos les delatan sus voces roncas, podría incluso decirse que han pasado una de las mejores vacaciones de su vida. Vienen desde Ámsterdam y aseguraron haber estado de fiesta, pero “también hemos ido de turismo por la ciudad y culturizándonos”, dijeron entre risas. Son estudiantes de Derecho en la Universidad de Sevilla y septiembre se les presenta con exámenes de asignaturas pendientes: “No nos recuerdes en qué mes estamos, que tenemos que recuperar unas cuantas [asignaturas] y lo primero que tenemos que superar es este viaje”. Un humor destacable ante el desánimo y la depresión postvacacional que se palpaba en los turistas que dejaban el aeropuerto. “Venimos de estar una semana en Suiza bien felices y no tenemos ganas ni de hablar”, dijeron dos adultos negando con la cabeza.

¡No nos recuerdes en qué mes estamos!

También abandonaba la terminal “un poco nostálgica” Melania Blanco, quien regresaba de Londres tras haber pasado una semana allí con dos amigas .“Tenía ganas de llegar y encima se ha retrasado el vuelo, voy a intentar descansar toda la tarde”, dijo entre suspiros.

La historia cambia por completo según la dirección que toma el turista dentro del aeropuerto. Su gesto y su forma de mirar las pantallas informativas lo decían todo. Los malagueños Rocío Paredes y Marcos Sánchez comenzaban ayer sus vacaciones e iban a tomar en unas horas su vuelo hacia Dublín: “Hemos cogido ahora unos días porque está todo más barato”. Un descanso “merecido” por Irlanda para alejarse, durante una semana, “de este calor horroroso que ya nos estaba saturando”.

Este lunes continúan los desplazamientos y se esperan 447 vuelos con más de 77.000 pasajeros. La rutina ha empezado para la mayoría y unos pocos afortunados se alejan ahora de la normalidad. El verano continua hasta el 23 de septiembre, no obstante, vuelve el temido horario laboral, los atascos, las prisas y el despertador.