Málaga

Una pedida de mano al ritmo de zumba en el gimnasio Dreams Nova, en Málaga

  • Lorena pidió matrimonio a su monitora, Eva, en el centro deportivo de actividades dirigidas donde se conocieron hace un año

  • La respuesta se hizo esperar pero fue contundente

Vídeo: Pedida de mano al ritmo de zumba en Málaga

Ni una terraza a la luz de la luna ni velas ni champagne. Lorena no necesitó más que 100 metros cuadrados para pedirle matrimonio a Eva, su pareja desde hace 11 meses. Lo hizo donde se conocieron, en Dreams Nova, un centro deportivo de actividades dirigidas en Málaga que ha sido el escenario perfecto para prometerse amor eterno. Y al ritmo de zumba, la clase estrella que estaba a punto de comenzar mientras sonaban las campanas de boda.

Eran las 8 de la tarde de este jueves, 5 de noviembre, cuando se cumplía el primer aniversario del día en el que Lorena entró por la puerta de la sala, que Eva, la fundadora, había inaugurado con sumo entusiasmo unas semanas antes para fomentar la práctica de deporte y vida sana entre los vecinos de Carretera de Cádiz.

La joven, durante la pedida de mano, recordaba así las palabras que aquella tarde, con el presagio de lo que significaría para ella, pronunció para presentarse ante la monitora: "Buenas, vengo a apuntarme...". Porque desde el primer momento, reconoce, sabía que ese sería el comienzo de una historia con final feliz. "Ese día me cambió la vida...Quería decirte que si quieres casarte conmigo", espetó Lorena mientras clavaba la rodilla derecha ante la atenta mirada de un nutrido grupo de testigos que habían sido cómplices de la pedida.

La respuesta sí se hizo esperar. La responsable de Dreams Nova, una manchega que llegó a Málaga el año pasado para hacer realidad su "sueño", acabó pidiéndole a su prometida que se levantara del suelo. Y a renglón seguido dijo sí a compartir su vida con ella. Llegaba entonces el momento de que Lorena le colocara el anillo de oro blanco en la mano izquierda, una tradición que data de la antigua Roma y que resurge, como el ave fénix o las rosas blancas, convirtiéndose en el 'must have' de toda boda. El beso de agradecimiento derivó en gritos de "boda, boda". 

El beso tras la pedida El beso tras la pedida

El beso tras la pedida

Todavía le temblaba la voz, pero Eva retomó la clase de zumba tras los afectuosos aplausos de los alumnos, que se han convertido, dice, en su otra gran familia. Era el preámbulo de uno de los días más felices de sus vidas y también de los que lo vivieron en primera persona. 

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